27 de octubre de 2011

¡QUÉ PASE CIRO!

Con este título que recuerda la famosa frase de Laura Bozo, en su programa mexicano (¡qué pase el desgraciado!) quisiera escribir esta entrada sobre los capítulos finales de uno de los realities shows más taquilleros, importantes y sintonizados de los últimos años: el caso del estudiante perdido en el Colca, Ciro Castillo, el mismo que ha mantenido en suspenso a todo el país durante casi 7 meses completos.

Como simple análisis cuantitativo sería bueno saber cuantos días y en cuantos diarios esta noticia fue ubicada en portada, cada diario con su estilo, hipótesis y posibles culpables de esta desaparición. Pero quisiera hacer mención de algunos puntos importantes que debemos meditar de ahora en adelante, ya que este reality show recién empieza.

En primer lugar sería bueno analizar el caso de la otra desaparecida: Rosario Ponce, quien nueve días después de perdida apareció. Si bien es cierto que aún no se ha demostrado responsabilidad legal de la señorita Rosario en este caso, el gran e implacable juicio popular ya fue dictado: culpable, asesina, criminal. Juicio unánime que debe hacernos pensar, ¿y si es inocente?. Se critica la actitud fría de dicha señorita, pero no se analiza el entorno familiar en el que nació y creció, ¿acaso su madre no es igual?, ¿acaso su padre no tiene tremenda cara de pelele, que parece no tener ni voz ni voto en su propia casa? Todos somos productos de nuestras familias, este caso no es la excepción.

En segundo lugar, si el señor Ciro Castillo padre, es hábil e inteligente (como parece serlo), se vendría a vivir durante estos 4 años a Arequipa y postularia a algún cargo político y sin dudarlo ganaría. Si mañana fueran las elecciones congresales o presidenciales, este señor saldría con la victoria bajo el brazo. En estos últimos días se ha visto a un señor Castillo mucho más sonriente y desenvuelto en cámaras que nos hace pensar que se está aprovechando de este triste hecho fortuito para su propio beneficio, cosa que pienso no está mal.

En tercer lugar, culturalmente y religiosamente hablando, ¿cuánto tiempo pasará para que Ciro "haga un milagro"? o ¿cuánto tiempo pasará para que comience a verse su fantasma merodeando en el Colca? En una sociedad tan necesitada de apoyo espiritual, no sería nada raro empezar a ver estas muestras de "religiosidad popular". Incluso ya se empieza a decir: "el ángel Ciro".

Con la aparición de Ciro Castillo, empieza una nueva temporada de este reality show: ¡Qué pase Ciro!

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