18 de septiembre de 2011

¿PERDÓN?

Antes de empezar a trabajar en la UNSA, e incluso cuando era estudiante universitario me buscaban algunos promotores de colegios particulares para contratarme y laborar en sus empresas educativas, muchas veces tuve que rechazar tales ofrecimientos por incompatibilidad con mi horario universitario, otras pocas veces aceptaba el trabajo de docente que muchas satisfacciones me ha traído y cuyas experiencias me han ido formando para mi actual labor docente universitaria.

Con mis cerca de 8 años de enseñanza, en el nivel secundario, he aprendido valiosas lecciones, tanto de mis alumnos, colegas y demás. Dichos aprendizajes fueron en todos los aspectos: pedagógicos, psicológicos, de gestión, administrativos, etc., los que me han servido de mucho.

Otro de los grandes aprendizajes es el económico. Recuerdo que en el primer colegio donde trabajé pagaban bien, pero no en la fecha acordada, el retraso era de por lo menos 3 o 4 semanas sin pago; como en esa época no tenía mayores gastos ni responsabilidades (ya que ese trabajo era como un justificación para matar mi tiempo libre) dejaba pasar el tiempo y no decía nada. Pensaba: "habrá algunos problemas, ya se acordarán, será porque soy el más joven, etc". hasta que me enteré que no pagaban a tiempo porque sencillamente no les daba la gana. Este significativo aprendizaje económico me ha servido en los otros centros educativos donde he laborado. En dichos colegios, a diferencia de la UNSA, mi carácter es mucho mas severo, tanto para los alumnos como para las autoridades, no me gusta bromear, asistir a los almuerzos, establecer amistades con los demás trabajadores, ya que dicha experiencia me ha enseñado que mientras más confianza exista, sencillamente recurrirán al cuento y/o mentira de decir que no hay dinero para pagar los sueldos, cuando no les dan la ganas de paga y como somos "amigos" tenemos que comprender la "terrible situación económica" y esperar sentados. La experiencia también me ha enseñado a que si, en símbolo de protesta, no voy a trabajar, no me pagan (ya que en la mayoría de colegios particulares, el pago es por horas); así que aprendía a ir a trabajar, sentarme en el pupitre del profesor y no dictar clases, en símbolo de protesta.

A diferencia de los docentes (Licenciados en educación) por mi formación sociológica no me puedo quedar callado ante este tipo de injusticias que seguramente muchos docentes arequipeños sufren y que, por no perder el trabajo y el, muchas veces, miserable sueldo, están dispuestos a callar y aguantar. Pero lo que más me molesta es la actitud de los encargados de hacer los pagos que se atreven a cuestionar la manera en que uno gasta su dinero, intentan orientar el gasto del sueldo, y critican la necesidad económica, haciendo estúpidas diferencias (ya que según ellos, como soltero no debo cobrar ya que no tengo responsabilidades). Tamaño atrevimiento fue el motivo de mi molestia la semana pasada en el colegio donde actualmente laboro.
A ellos qué les importa cómo gasto y en qué gasto mi sueldo.

Hay una máxima que a los promotores de estos colegios les gusta: "Si no trabaja, que no cobre su sueldo"; pues la mía es parecida: "Si no cobro mi sueldo, no trabajo". Así de sencilla es la vida, soy muy práctico, mis amigos me conocen.

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