25 de agosto de 2011

El día de hoy, después de una semana, fui al cine con una buena amiga (gracias Erika) vimos la película (R)evolución del Planeta de los simios; muy buena todo dentro de lo que se esperaba y teniendo como precendentes las excelentes primeras versiones y la no tan buena de Tim Burton. pero durante la película en el éxtasis de la misma, se oyó al simio César pronunciar su primera palabra: NO.

No a qué? por qué esta fue su primera palabra?. Empalmo esta pregunta con la recientemente aprobada Ley de Consulta previa en el Congreso. Esta ley fue dada como consecuencia del uso de la palabra escrita líneas arriba: NO.

Los estudiantes chilenos se mantienen en una paralización general, lo mismo sucede en Inglaterra, Alemania, etc. Toda esta movilización por una palabra: NO.

La caída de Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia, etc. Grandes trasformaciones políticas por una palabra: NO.

Esta película, (R)Evolución del Planeta de los simios, tiene mucha similitud con ciertos procesos sociales y culturales similares del ser humano. Viene a mi mente el viejo debate de si el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe o si el hombre nace malo y la sociedad lo convierte en bueno. Pues la película concuerda con la posición intermedia, es decir, el hombre, al igual que el simio Cesar, nacen con la capacidad de aprender de lo que ven , oyen, sienten, etc. Ambos son producto del proceso de socialización, que en la mayoría es normal pero que en algunos casos, como el de la película, es "anormal" lleno de frustraciones, odio, rencor, venganza. El simio se reveló ante su actual modo de vida, ante el abuso del cual era víctima por parte de los humanos, se cansó de ser maltratado, de ser violentado, de ser dominado, de no ser dueño de su propio destino.

Tanto las protestas medioambientales en Perú, las movilizaciones estudiantiles en Chile, las huelgas en Alemania, Inglaterra y los movimientos políticos en Egipto, Libia, etc. se enmarcan en la primera palabra que dijo el simio César: NO; NO al abuso y sobre explotación indiscriminada de los recursos naturales, NO a una educación de pésima calidad, NO al mal manejo de la economía, NO a la tiranía y a la dictadura. En cierta medida somos similares al simio César, que en el momento más desesperante de su corta vida pronuncia esa pequeña palabra, pero de gran significado: NO, no al conservadurismo, no al actual orden de las cosas, no al abuso, no a la explotación, no a la falta de ética y moral.

La similitud con este simio consiste en que el hombre también puede modificar su destino y construir una mejor sociedad, pero como en la película este cambio no necesariamente será pacífico y tranquilo de ahí el título (R)evolución.

No hay comentarios: