24 de diciembre de 2010

SOCIOLOGÍA DE LA NAVIDAD

Nunca como en la época actual, en la que la existencia de la humanidad misma ha sido puesta en peligro, se hace necesario convertirnos en militantes de los valores que encarna la Navidad, seamos o no seamos creyentes: la búsqueda de la paz y el amor al prójimo. Lo que no es sino la lucha solidaria por la construcción de un mundo justo. Solo así el año nuevo 2011, que simboliza el futuro, será algo que podrán agradecernos nuestros hijos y nietos.

Es por este motivo que quiero dejarlos con una Desiderata Sociológica para una Navidad Feliz, la misma que es de autoria de un gran amigo y maestro, Jaime Octavio Miranda Reynoso:

"Padre nuestro, límpianos el cerebro y deposita inteligencia en él, para hacernos entender que lo que estamos festejando es el nacimiento de tu hijo; es decir, un acto religioso y no social.

Que comprendamos entonces que no te halaga, sino que al contrario te disgusta ver a tus criaturas, ricas y pobres, grandes y chicos, desviviéndose como loquitos en busca de regalos.

Ciéganos con tu luz divina para no ver las calles inundadas de mercaderes, ni leer sus anuncios. Con tu omnipotencia vuélvenos sordos para no escuchar radio ni mirar televisión, con su interminable propaganda comercial que se hace "EN NOMBRE DE DIOS". Conviértenos es mudos frente a las solicitudes de envolver paquetes, adornos, arbolitos, colgar luces, remitir tarjetas, pegar cintas, imitar a Papá Noeles y... "QUEDAR BIEN".

Silencia asimismo los crujidos animales del vientre para que dejemos de pensar ¿Qué comeremos? o ¿Qué dejaremos de comer?; que sepamos acordarnos mas bien de los que tienen manos y estómagos vacíos, en esta lacerante vorágine de pobreza, sello del actual gobierno.

Convence Señor -QUE TU SI PUEDES- a los que no alcanzan a conseguir para sus hijos el juguete anhelado y publicitado, que esa triste frustración no se resuelva con odio ni violencia según la historia ha demostrado; sino, con la superación terca, democrática y pacífica del destino colectivo.

Concédenos temple en el espíritu para saber acudir a tu templo en busca de perdón y para ser capaces de cumplir las promesas que en estas épocas acostumbramos ofrecerte, para después olvidarlas.

Quiebra Dios nuestro, los egoísmos diarios. Despiértanos la solidaridad. despójanos de ilegítimas ambiciones de poder y dinero. Haznos apreciar el infinito valor de tener paz en el espíritu, unidad en la familia y civismo en la nación.

Bórranos pues de la mente pavos y ferias, panetones, vestimentas, luces que no se pueden ver y Papá Noeles usurpadores. Desnúdanos de ese materialismo que como contagiosa enfermedad quiere conmemorar el natalicio de tu Hijo, precisamente con los mismos signos paganos que Cristo nació para desterrarlos y redimirlos.

De estas "NAVIDADES" desfiguradas, grotescas, corrompidas y alienantes, líbranos Señor. De estas "NAVIDADES" que entre cintas y pinos están clavando nuevamente a tu Hijo en la cruz; de estas Navidades...LÍBRANOS SEÑOR".

¡FELIZ NAVIDAD!

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