Desde que Raúl Castro tomó las riendas del Gobierno Cubano, en el 2006, ha venido hablando de los cambios que necesita el sistema económico de su país.
A pesar de ello, es muy poco lo que se ha avanzado en esa dirección. Sin embargo, ya existen muestras claras y recientes que permiten apreciar que ese sistema está en revisión, aun cuando internamente no se permite hablar de una reforma.
Todavía no se conocen los detalles de los cambios, ni si estos seguirán las pautas del modelo económico chino o vietnamita de capitalismo de Estado, o si ,además, avanzará en el campo de las libertades ciudadanas.
En los próximos meses veremos cuál será la intensidad del cambio que se avecina, lo que llevará a EE.UU. a tener que revisar su política del embargo que ha tenido resultados tan discutibles.
Hoy el sistema impuesto en la isla cruje por sus inconsistencias, y Raúl Castro, como presidente ya en funciones desde el 2008, después de haber estado a cargo de las FF.AA. por décadas, se ve precisado a introducir modificaciones significativas.
Luego del triunfo de la revolución en 1959, la dependencia cubana de la otrora URSS fue determinante hasta la caída del comunismo en 1989. A partir de entonces tuvo años de austeridad forzosa hasta que Venezuela, a fines de la década de los 90, decidió apoyar al gobierno de Fidel Castro.
La economía sigue siendo dependiente de un monocultivo, como la caña de azúcar y, en mucho menor grado, del tabaco.
Es destacable el avance de Cuba en todo lo concerniente a los servicios sociales, es decir, la educación, la salud, los medicamentos y los aciertos en la lucha contra el analfabetismo, la pobreza extrema y la alimentación, permitiendo esta última que todo cubano pueda contar con lo necesario para su sustento. Pero es impactante la falta de libertades mínimas. La prensa está totalmente controlada por el Gobierno. El diario oficial “Gramma” no recoge noticia medianamente interesante, ya que únicamente sirve como medio para hacer conocer la verdad oficial. Menos del 10% de la población pertenece al partido de gobierno (comunista).
Raúl Castro ha convocado un congreso del partido para abril del próximo año, en el que presentará para aprobación la “Guía para la política socioeconómica”, la cual promueve la descentralización y favorece la autonomía de las empresas estatales.
Asimismo, ha anunciado el despido de 500.000 trabajadores estatales y la promoción del autoempleo, así como la formación de cooperativas. Quienes trabajan por su cuenta deberán pagar impuestos dentro de un rango del 25% al 50%. Los que se decidan por el autoempleo podrán contratar personal más allá de su familia. Asimismo, se permitirá pedir préstamos y que cualquiera pueda arrendar su casa. Así como comprar y venderlas.
El salario mensual en Cuba está en el rango de los US$20 y US$30 al mes. El Estado garantiza el trabajo para todos, así como habitación y transporte, fuera de los servicios sociales mencionados líneas arriba.
Empero, el Gobierno es actualmente incapaz de mantener el Estado paternalista heredado por Fidel, ya que la situación económica continúa en un proceso de deterioro.
El problema de la sucesión en el gobierno aún no ha sido resuelto, pero el hijo político de Raúl, el coronel Juan Alberto Rodríguez, ha ido ganando posiciones últimamente, a través del manejo de Gaesa, que es un holding de las FF.AA., mientras los líderes de la generación de Raúl Castro han perdido vigencia.
El cambio económico se comienza a producir y difícilmente se detendrá, lo que deberá llevar a que no tarden en abrirse paso las libertades democráticas.
Por: Raúl Ferrero
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