5 de noviembre de 2010

CRÓNICA DE SUSTENTACIÓN

El día de ayer jueves 4 de noviembre fue un día muy importante para mi persona, mi familia y mis amigos, ayer llegaron a su término mis estudios de pre grado, con la respectiva sustentación de la tesis de licenciatura en Sociología.

Durante los días previos a la misma, realmente la preocupación y nerviosismo eran notables, no podía dormir hasta las 2 de la mañana, me recostaba en mi cama y daba vueltas pensando, meditando. El único día que pude dormir tranquilo fue justamente el día antes de la ceremonia, incluso ese día miércoles decidí ir a mis clases de Inglés, a manera de relajarme y despejar mi mente de cualquier temor.


LUEGO DE LA SUSTENTACIÓN

Finalmente el día llegó me desperté un poco tarde, a eso de las 9 de la mañana (la sustentación era a las 11:30), preparé mis cosas y me dispuse a dirigirme a la Universidad, faltando escasos metros para llegar a mi destino recibo la llamada de la secretaria de la Escuela de Sociología, en la que me dice que tenía que retirarse al Rectorado, pero que todos los equipos estaban a mi plena disposición (gesto que agradezco infinitamente). Justo entrando a la playa de estacionamiento de la Facultad de Ciencias Sociales me encuentro con un maestro y amigo, el cual por motivos de fuerza mayor (reunión de Consejo Universitario) no podría acompañarme en ese día, a veces pienso que fue lo mejor.

Llegado el momento, cerca de la 11:45 am se dio inicio a la sustentación oral de la tesis, la misma que duró aproximadamente 1 hora, luego de la cual los miembros del jurado procedieron a realizar las preguntas respectivas, el interrogatorio duró aproximadamente 50 minutos, preguntaron de todo, tanto temas referidos a la forma como al contenido del trabajo; en todas las sustentaciones que había visto anteriormente el tiempo de las preguntas fue menor, en fin, creo que fue lo mejor.

Luego, como parte del acto ceremonial de la sustentación oral de la tesis, el presidente del jurado solicitó a las personas que nos encontrábamos en el Salón de Grados de la Facultad, que nos retiremos del mismo para que puedan deliberar su resultado, la deliberación duro cerca de 40 minutos, nuevamente, nunca había visto que se demoraran tanto en una deliberación. Si bien es cierto que durante toda mi sustentación yo estaba tranquilo, al momento de las preguntas me vino una presión en la espalda, la misma que continuó durante esos infinitos 40 minutos de deliberación. Pero estoy seguro que fue lo mejor.

Finalmente, salió del Salón de Grados el vocal de Jurado, el mismo que nos invitó nuevamente a ingresar. Todos de pie, y yo con los nervios de punta, escuchamos el veredicto: "APROBADO POR UNANIMIDAD Y CON FELICITACIÓN PÚBLICA" en ese momento entendí que la espera había valido la pena. Insisto, en todas las sustentaciones previas a las que asistí nunca se había otorgado una felicitación pública. Definitivamente fue lo mejor.

Luego de toda la parafernalia y la ceremonia, nos fuimos a celebrar este gran logro personal y profesional. Consideré que este logro no era sólo mio, sino de mi familia, amigos y profesores, a estos últimos, mediante correos electrónicos, los invité a un almuerzo. Me dio mucho gusto que algunos fueran e incluso estuvieron durante toda la sustentación. Pero, por otro lado he recibido comentarios de que otros profesores habían dicho de que me faltaba humildad, de que yo estaba muy seguro de que iba a pasar la sustentación y que no debí adelantarme a nada. Quienes me conocen bien saben que la humildad no es precisamente una de las cualidades que me caracteriza. Hay un dicho que dice "Para ser humilde, hay que ser grande" y yo no soy grande. A parte de eso, si uno no está seguro de su propio trabajo, ¿cómo podría exponerlo? Estaba y estoy completamente seguro de mi capacidad, de mi trabajo y de mis antecedentes como estudiante, los mismos que están fuera de discusión.

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