30 de octubre de 2010

ENTRE GUITARRAS, BRUJAS Y PROFESORAS

Nuevamente llegamos a esta época del año en que se mezclan dos festividades muy queridas por distintos grupos de población, por un lado, para deleite de los niños y jóvenes: Halloween y por otro lado, para los mas adultos tienen el Día de la Canción  Criolla. Quienes me conocen saben perfectamente que no salgo a festejar ninguna de las anteriores festividades, de hecho tengo cierto recelo a las reuniones sociales, pero eso no me excluye de comentarles algo.

El día jueves, que es el último día de la semana que trabajo en el colegio, a las profesoras de primaria e inicial no se les ocurrió mejor idea que organizar una fiesta de Halloween para el día viernes en todo el colegio, sin duda la noticia llamó mi atención y como simple observador sociológico que soy no dije nada en todo el día. Las profesoras, cual fiesta patronal o santoral, se movían de arriba hacia abajo, haciendo los preparativos para que "todo salga bien". Me tocaban las últimas horas en el aula de 3° "A" de secundaria, ese día les estaba pasando un vídeo a los muchachos, y las profesoras de primaria, para ver si ya había terminado mi clase, enviaron a uno de sus niños a ver su había concluido, lo que me molestó, ya que no les costaba nada acercase y preguntármelo personalmente; en fin les agradezco el gesto de no hablar conmigo.

A la hora de salida me informaron de qué se trataba la cuestión, era para organizar la fiesta de Halloween, a lo que le comenté a la secretaria (que por cierto es familiar de una de las profesoras de primaria), que si bien es cierto que los alumnos de secundaria ya estaban "alienados" con esa idea de los disfraces, a los pequeños de inicial y primaria deberían de hacerles hacer una fiesta criolla para de esta manera incentivar ese sentimiento de peruanidad que tanto nos hace falta, obviamente no encontré respuesta afirmativa por parte de las autoridades del colegio, solo de algunos profesores que estaban cerca de la oficina donde me encontraba conversando. Luego de lo cual me retiré a mi domicilio.

Cada uno puede festejar lo que mejor le parezca y personalmente no soy un nacionalista ferviente ni afiebrado, pro el contrario creo en la libertad de la persona para que haga lo que mejor crea, siempre y cundo no perjudique a los demás; pero no podemos exigir identidad, respeto y civismo, si no comenzamos a querer y a respetar lo nuestro...y esa labor comienza en la educación primaria.

29 de octubre de 2010

NO HAY MUERTO MALO

Hace pocas horas se dio cuenta del fallecimiento de quien fuera uno de los mejores presidentes que ha tenido la República de Argentina, me refiero a Néstor Kirchner, quien luego de ser internado en una clínica local del sur de Argentina, producto de un mal al corazón, falleció  a las 8 de la mañana.


FUNERALES DE NÉSTOR KIRCHNER

No podemos negar y hasta reconocer la inigualable labor que realizó como presidente luego de la terrible crisis en la que vivían los argentinos, ayudando a la recuperación económica de su país, incluso hasta llegar a cancelar la totalidad de la deuda externa de su país.

Pero también, durante su gobierno, incrementó en casi 7 veces su patrimonio familiar, del que hoy es heredera su viuda y presidenta, Cristina Fernández el cual  bordea los 8 millones de euros, hasta el momento de su muerte fue acusado de enriquecimiento ilícito y malos manejos del tesoro público; sin contar las fuertes críticas nacionales e internacionales hacia la pareja presidencial por los múltiples intentos de mordaza a la libertad de prensa en el país de las parrillas.

Como dice el dicho, "No hay muerto malo", todos se acuerdan de sus buenas acciones y de sus buenas obras, llegando incluso a endiosar al sujeto (en este caso al Néstor Kirchner), pero un hombre (varón o mujer) es producto tanto de sus aciertos como de sus errores, para bien o para mal. Al fin de cuentas la historia será la que juzgue.

28 de octubre de 2010

CORRUPCIÓN EN EL PERÚ: 2010

Según el cristal con que se mire, el Índice de Corrupción 2010 de Transparencia Internacional, difundido ayer en Alemania, podría para algunos no ser motivo de alarma, mientras que a otros podría causarles preocupación. Aunque el país ha caído tres puestos –del 75 al 78– sigue teniendo casi el mismo puntaje que hace cinco años: estamos a mitad de tabla, pero tampoco hemos empeorado.

Los 3,5 puntos obtenidos por el Perú este año lo ubican más cerca de Venezuela, que con dos puntos está en el último lugar del continente, pero lo alejan más de Chile, que tiene el doble de puntos y que mejoró cuatro posiciones esta vez.

Samuel Rotta, de Pro Ética, capítulo de Transparencia Internacional en el Perú, confirmó que el país se mantiene en ese mismo nivel desde hace varios años. Ello demuestra –aseguró– que existe la percepción de que no se está avanzando en la lucha contra la corrupción. Asimismo, señaló que también hay la percepción de que se está a finales de un gobierno que ya no puede hacer nada contra esa lacra.

En cambio, para el congresista aprista y ex presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, ese Índice de Corrupción está basado en percepciones de instituciones y ciudadanos que reflejan que no tienen confianza en el Estado. Refirió que desde el 2000, los gobiernos sucesivos desactivaron el aparato de corrupción instalado sobre la administración pública en la década del 90 y se dio la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, que obliga a las entidades públicas a “transparentar sus gastos”.

Sin embargo, para el presidente de la Cámara de Comercio de Lima, Carlos Durand, la lucha contra la corrupción debe ser parte de la agenda permanente a favor de la institucionalidad que debe tener el Ejecutivo, las regiones y los municipios. “Es necesario elevar la confiabilidad en las instituciones”, agregó.

En ese mismo sentido, el ex presidente de la Confiep, José Miguel Morales, enfatizó que sigue siendo un tema pendiente la reforma de los trámites estatales, especialmente en los gobiernos municipales. Por ese motivo, propuso que ese tipo de trámites se informaticen. También enfatizó que la lucha contra la corrupción debería ser parte de una política general y no solo prácticas aisladas como las que se están dando.

Aunque reconoció que falta agilizar muchos trámites estatales, Velásquez Quesquén aseguró que en lo que iba del gobierno aprista se habían eliminado unos 5.200 trámites en toda la administración pública.

¿Y LOS CIUDADANOS?
Algo más crítico, el ex procurador anticorrupción Ronald Gamarra señaló que salvo los años 2001-2003, en que hubo un fuerte rechazo hacia la corrupción, desde el 2004 los gobiernos no han continuado con la reforma del Estado para hacer frente a esa lacra. Refirió que no se ha diseñado un plan nacional contra la corrupción y, además, consideró muy débiles las respuestas de los gobiernos ante actos de corrupción cometidos por sus funcionarios. Señaló también que falta mejorar el sistema de trámites ante el Estado, pues se sigue permitiendo que haya normas que puedan tener varias interpretaciones por parte del servidor público.

Asimismo, indicó que tampoco ha habido una campaña para fomentar la transparencia en la ciudadanía, que también es un elemento fundamental en la lucha contra la corrupción. Al respecto, el presidente de la Cámara de Comercio de Lima sostuvo que el sector privado y el Estado debían trabajar una estrategia para erradicar la corrupción del país.

CLAVES
El Índice de Corrupción de Transparencia Internacional se basa en información del Banco Mundial, de la Universidad de Columbia, de Gallup International, del Foro Económico Mundial y de calificadoras de riesgos. Según esa entidad, la corrupción complica la lucha contra la pobreza, la inestabilidad financiera y el cambio climático. Asimismo, recomienda aplicar la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. El Perú ratificó dicho acuerdo en el 2004. Transparencia también pidió a los países desarrollados mejorar su lucha contra la corrupción, cuyos niveles no habían mejorado.

25 de octubre de 2010

DE LOS CLÁSICOS POLÍTICOS

Siguiendo con la presentación de algunos textos recientemente adquiridos, me detendré en este libro, que si bien es cierto su primera edición es de 1993, recientemente se ha publicado su tercera edición, me refiero a "De los clásicos políticos" de Enrique Suárez-Iñiguez.

Comprender los fenómenos políticos, no solo se basa en la política como acto práctico, sino pasa por el entendimiento y conocimiento del amplio y, muchas veces, tediosos marco teórico que trae consigo. El profesor Suárez hace un gran esfuerzo por sintetizar el pensamiento político clásico, moderno y contemporáneo, resaltando a los autores que, según su criterio, son "indispensables para todo aquel que quiera realizar un análisis de la teoría política de manera seria". En este texto de 270 páginas, se encuentran resumidas las principales ideas políticas de Platón, Aristóteles, Cicerón, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Maquiavelo, Jean Bodin, Thomas Hobbes, John Locke, Montesquieu, Jean Jacques Rousseau, Sieyés, Alexis de Tocqueville, Marx, Engels, Lenin y Karl Popper. Realemnte debemos decir que es un trabajo abundante en autores, pero al ser muchos, no se desarrollan de manera amplia.

Los dejamos con parte de la introducción: "De vez en vez, a lo largo del tiempo, han surgido hombres notables que han escrito sobre su realidad trascendiéndola. Son los clásicos. Un clásico es precisamente aquel que refleja su tiempo y, a la vez, lo trasciende. Su obra se convierte en un pilar en la historia de la humanidad. Ya no es más un griego del siglo V a. C. o un italiano del Renacimiento sino un hombre universal de todos los tiempos. Cuando esos hombres escriben sobre el estado y reflexionan sobre el poder; sus obras son políticas. Éstas han influido de manera notable en la historia de la humanidad.

Leer una obra clásica de filosofía política no es fácil, se requiere saber encontrar las principales tesis que conservan un valor actual o que explicaron un aspecto fundamental en su tiempo. Es preciso no perderse en la gran cantidad de aspectos abordados ni en aquellos que el viento de la historia se ha llevado". 

Sin duda alguna será un libro fundamental para los interesados en temas políticos, y se sumará a la colección personal de libros sobre teoría política, junto con los de George Sabine, Carlos Fayt, Umberto Cerroni, Jean Chevallier, etc.

Enrique Suárez-Iñiguez (2009): De los clásicos políticos. 

23 de octubre de 2010

EN PLENOS REACOMODOS

Ha comenzado ya el reacomodo político previo a las elecciones generales del 2011, en medio de una serie de indefiniciones que deben ir aclarándose.

En la centroderecha, Luis Castañeda Lossio y Solidaridad Nacional (SN) son una fuerza pivote por varios motivos. Ante todo, el doble período al frente de la comuna limeña deja una obra de infraestructura, modernización y relanzamiento de la capital peruana de inobjetable beneficio para los ciudadanos, lo cual justifica el inusual respaldo para un alcalde, que se va con casi 80% de aprobación. Luego, sería mezquino no recordar que SN ha sido fundamental para mantener la vigencia del pensamiento socialcristiano y de la alianza Unidad Nacional. Por lo tanto, una renovación del acuerdo con el PPC de Lourdes Flores (a quien debe considerarse triunfadora políticamente inclusive en el supuesto que no accediese a la alcaldía) podría implicar la constitución de una fórmula ganadora en los próximos comicios. Esa perspectiva exitosa puede potenciarse más si el Apra deja de lado la insensatez de una candidatura presidencial propia, que no tiene sentido tras la notable gestión gubernamental de Alan García y la paradójica derrota radical en las elecciones últimas.

En el neoliberalismo, la candidatura de Keiko Fujimori se mantiene segunda en las encuestas de intención de voto con buena cantidad de adherentes en el interior del país, donde hay quienes prefieren el autoritarismo a la verdadera democracia.

En la centroizquierda, Perú Posible y Alejandro Toledo son una fuerza que puede dar sorpresas por los antecedentes de buen gobierno, honestidad personal, el haber recuperado la democracia y porque el reconocimiento en el interior de la nación sigue siendo importante. Las posibilidades se incrementarían si fuese posible una alianza con Acción Popular, Somos Perú y la corriente emergente que representa César Acuña especialmente en el norte del país.

Por supuesto, para el interés de los peruanos que queremos preservar la democracia y las virtudes del modelo económico que nos permiten la estabilidad presente, lo que sería mucho mejor es una gran alianza entre todas las organizaciones mencionadas, menos el fujimorismo. Eso implicaría, claro, un acuerdo de punto fijo sobre alternancia entre los líderes y el desprendimiento necesario para lograr candidaturas unificadas. La ventaja indiscutible sería cerrarle las puertas al antisistema.

Precisamente, en la izquierda más dura se está intentando revivir la utopía del frentismo. Tras la victoria de Susana Villarán (independientemente del resultado final sobre la votación para la alcaldía capitalina) ha emergido una organización relativamente nueva como Fuerza Social que sí podría tentar la presidencia y una participación importante en el Congreso dependiendo de con quiénes haga alianza.

El Movimiento Nueva Izquierda, que reúne –entre otras agrupaciones– a Patria Roja, Tierra y Libertad y Lima para Todos, insiste en la necesidad de que continúe el vínculo que impulsó a Villarán, pero que también incluya al Partido Nacionalista. Sin embargo, los dirigentes de FS no están de acuerdo con asociarse al comandante Ollanta Humala. Difieren de este, y de los comunistas radicales, en dos postulados centrales: la “refundación de la república” (proyecto a todas luces vinculado a la experiencia chavista), y el dictado de una nueva Constitución, en la cual se postularía un “sistema más participativo” que nadie sabe precisar.

La disyuntiva es complicada porque, a diferencia de Fuerza Social, el MNI sí tiene capacidad de organización y movilización, como lo demuestra el haber llevado candidatos propios en 99 distritos, 26 provincias y 5 regiones. Además, y aunque resulte tragicómico, si se quebrase el acuerdo precario en su eventual alcaldía metropolitana Susana Villarán tendría que recurrir a los regidores de Lourdes Flores para poder gobernar Lima. Por supuesto, si FS y el MNI no van en un solo eje, solo estarían encaminándose a una derrota rotunda.

A su turno, el nacionalismo –hasta hoy estancado en un 11% de las preferencias públicas– no da muestras de un cambio programático y tampoco de ablandamiento conductual, pese a las buenas maneras democráticas de algunos de sus líderes, como Daniel Abugattas.

En cuanto a un eventual outsider, el desinfle de personajes pintorescos pero inviables como Jaime Bayly parece augurar que ya no habrá lanzamientos de advenedizos en la política. Pero el partidor todavía está instalándose y todos estos aprestamientos son muy fluidos. De modo que, aun cuando solo habrá unos tres meses de campaña proselitista efectiva, queda mucho pan por rebanar. Es decir que ni siquiera las encuestas más afinadas tienen hoy capacidad para hacer una prognosis acertada sobre quién ocupará la Presidencia de la República y cómo será la composición del Parlamento 2011-2016.

Por: Hugo Guerra

22 de octubre de 2010

ZIGMUNT BAUMAN: "LA IZQUIERDA ABANDONÓ A LOS DÉBILES"

Alain Touraine y Zygmunt Bauman recogen este año el premio de Comunicación y Humanidades por crear “instrumentos conceptuales singularmente valiosos para entender el cambiante y acelerado mundo en el que vivimos”. La modernidad líquida de Bauman es tal vez el concepto más original y esclarecedor de la sociología actual.

ZIGMUNT BAUMAN

A sus 85 años Zygmut Bauman (Poznan, 1925) ha atravesado el siglo XX sin perder pie en sus más oscuros recovecos para alcanzar el XXI pleno de experiencia y lucidez. Residente en Gran Bretaña desde los 70, tras huir sucesivamente de los nazis alemanes y los comunistas polacos, antisemitas todos, a sus estudios sobre el Holocausto siguieron los fundamentales analísis sociológicos de la contemporaneidad que le han dado fama mundial. ¿Quién no se ha topado con el concepto de “modernidad líquida”, con la noción del fin de las clases medias y la eclosión de “los nuevos pobres”? ¿Cómo no sentirse interpelado por sus advertencias acerca de la disolución de las seguridades de la sociedad del bienestar, del auge de la incertidumbre, el miedo y el olvido?

- Y sin embargo, en su obra aún prende un rescoldo de optimismo.- Me niego a abandonar la esperanza de que haremos lo que se debe hacer. Aunque no resulta evidente, tal y como están las cosas hoy. La tendencia a la desigualdad, que según los registros aumentaba de manera constante hasta hace poco, se ha invertido. La diferencia entre la renta per cápita que separa a los países desarrollados del resto del mundo seguía creciendo hasta hace poco tiempo, mientras que la diferencia entre los ricos y los pobres en todos o casi todos los países del primer mundo disminuía y el tema de la desigualdad social parecía firmemente bajo control en ellos... La situación actual es exactamente la contraria: el PIB de los países más ricos y de los países más pobres está acercándose e incluso colmando la diferencia que les solía separar, mientras que la distancia entre la cabeza y la cola de la jerarquía de la riqueza y de los ingresos en muchos de los países desarrollados ha vuelto a su envergadura de antaño, olvidada hace ya tiempo.

- Nace así una nueva pobreza en los países avanzados. ¿No hay futuro para la clase media?- La clase media, esto es, la gran masa de población que se extiende desde los que se encuentran en la parte más alta y cuya riqueza está garantizada hasta los de la parte más baja, que tienen garantizada su pobreza, está destinada a durar tanto como la sociedad dirigida por el mercado. Pero actualmente está viviendo unos tiempos difíciles y muchos de los países endeudados hasta el cuello, que temen nuevos recortes y despidos y que afrontan la necesidad de reducir drásticamente sus niveles de bienestar, revisan a la baja su modo de vida. Hace más o menos una década, el gran pensador estadounidense Richard Rorty insinuaba que, tras décadas de “aburguesamiento del proletariado”, entraríamos en una época de “proletarización de la clase media, es decir, de la “burguesía”. Hoy en día, la insinuación de Rorty parece cada vez más una profecía que se está cumpliendo...
- ¿La crisis acelera la tendencia que usted señala hacia la modernidad líquida y las identidades flexibles?- La modernidad sigue siendo tan líquida como antes, incluso más que antes de la crisis actual, y por eso las identidades sólo pueden seguir siendo flexibles. Sin embargo, lo que cambió el hundimiento del crédito es el abanico de posibilidades que se abrió ante esas “identidades flexibles” y su capacidad para elegir e imponer lo que elijan. Para muchas personas el número de opciones probablemente se reducirá, la capacidad de elegir disminuirá radicalmente. Las generaciones más jóvenes que entran ahora en el mercado de trabajo se enfrentan a una fragilidad social que la mayoría de sus padres pudo evitar: los horrores del empleo a corto plazo y su debilidad, y asumir la necesidad de aceptar la degradación social y el drástico recorte de las ambiciones personales. Incluso la perspectiva de la humillación personal y el rechazo de la valía y la dignidad, esas pruebas del destino tan potencialmente dolorosas para la autoestima humana...

- ¿Y la felicidad?- Hasta la reciente crisis la visión del mundo se construía sobre el “disfrute ahora y pague más tarde”. La felicidad estaba casi totalmente basada en una mayor libertad: más opciones, más cambios, más deseos y más emoción, experiencias no probadas y sensaciones deliciosas. Todos los demás problemas se resolverían solos. Pero actualmente nuestro mundo padece claustrofobia, cada vez más repleto de competidores. La protección de lo que ya tenemos está a la orden del día, más que la persecución de lo que todavía no tenemos. La seguridad se está desplazando, despacio aunque de manera constante, hacia el lugar que hasta hace poco ocupaba la libertad: “Asegurémonos de que nadie nos quita lo que ya hemos conseguido, más que preocuparnos de conseguir más” se convierte en el lema del día. La “seguridad” se eleva a valor supremo. Los Gobiernos buscan legitimar su poder a través de la demostración de su dureza con la criminalidad, la inmigración o el terrorismo.

- ¿Por qué afirma que la izquierda ha olvidado su compromiso de defender a los pobres?- Bien, una de las razones es porque es verdad, más allá de toda duda razonable. Los partidos de izquierdas han abandonado en general -en el ejercicio de su gobierno, pero, cada vez más, también en sus declaraciones- la causa del más débil: de los pobres, de los humillados, de los abandonados o los discriminados. Olvidaron e incluso rechazaron abiertamente los dos principios axiomáticos en los que se basa la crítica izquierdista del statu quo: primero, que la comunidad tiene el deber de asegurar a cualquiera de sus miembros frente a un infortunio individual, y segundo, que la calidad de la sociedad debería medirse, no en función del bienestar medio de sus miembros, sino del de sus partes más débiles. En su lugar, compiten con la derecha política por allanar el camino al gobierno de los mercados y de la filosofía que fomentan con hechos y palabras, a pesar de la creciente injusticia, la desigualdad y el sufrimiento que ello conlleva. Mientras, la extrema derecha y los movimientos populistas recogen los postulados que la izquierda abandonó pretendiendo ser sus engañosos defensores, mientras desvían a la gente del verdadero origen de su desgracia.

- Sus tesis seducen a los antiglobalizadores. ¿No observa una globalización positiva?- Hasta ahora, sólo hemos presenciado la globalización negativa, es decir, la globalización de fuerzas como las finanzas, el comercio de materias primas, la información, la criminalidad, el terrorismo, las drogas y el tráfico de armas que son fuerzas que, a pesar de sus profundas diferencias, están unidas por su costumbre y su intención de “violar las fronteras”: por su resistencia, su rechazo y su inobservancia de las leyes locales, los valores, las costumbres y los intereses y por el incumplimiento de la voluntad de los “nativos”. Todavía no hemos empezado en serio la globalización positiva: la ardua lucha para diseñar, construir y poner en marcha unas verdaderas instituciones políticas y judiciales globales y con iniciativa, con el derecho y la capacidad de controlar y supervisar las actividades de todas esas fuerzas actualmente desenfrenadas y de adelantarse a las consecuencias destructivas y catastróficas de sus promesas.

- ¿Qué valor tiene para usted el premio Príncipe de Asturias?- El Príncipe de Asturias es más importante para mí que cualquier otro galardón porque viene de España, la tierra de Miguel de Cervantes el autor de la mejor novela que jamás se ha escrito y el padre fundador de las humanidades. Cervantes fue el primero en lograr lo que todos los que trabajamos en las Humanidades tratamos de hacer con un éxito dispar. Como dijo otro novelista, Milan Kundera, Cervantes envió a Don Quijote a rasgar los telones cosidos entre sí con remiendos de mitos, máscaras, estereotipos y prejuicios, cortinas que cubren firmemente el mundo en el que vivimos y que nos esforzamos en comprender. Pero estamos destinados a luchar en vano mientras el telón no se alce o no se rasgue. Don Quijote no era un conquistador, fue conquistado. Pero en su derrota demostró que todo lo que podemos hacer frente a esa ineluctable derrota llamada vida es tratar de comprenderla.


EL CULTURAL.ES

EN LO MACRO MUY BIEN...

Como pocas veces en nuestra historia, nuestro país exhibe hoy un boyante crecimiento económico. ¿Seguir esa senda generará desarrollo? ¿Basta el crecimiento económico para crear institucionalidad? Estamos muy bien en lo macro, pero para que nuestra sociedad sea más próspera, pacífica, inclusiva y competitiva en el mundo global, no solo requerimos garantizar condiciones de crecimiento económico sino mejorar los indicadores relacionados con la institucionalidad, la justicia y el cumplimiento de la ley, que son medidos en el ámbito internacional. Por ejemplo, según el último Informe Mundial de Competitividad 2010-2011, el Perú continúa mostrando debilidades en el tema institucional, pues cayó del puesto 90 al 96 de un total de 139 países, mientras que Chile se encuentra en el puesto 28; es decir, 68 puestos por delante. Similares deficiencias muestran los Indicadores de Gobernabilidad del Banco Mundial, referidos al “respeto y cumplimiento de la ley”. Allí, mientas que Chile (88%) mejora de un período al otro, nosotros bajamos (26%), colocándonos por debajo del promedio latinoamericano (34%).

El cumplimiento de la ley es importante para el ciudadano y para la vida en sociedad. Si no rige la ley, no habrá transacciones seguras, no se podría cautelar la intimidad de las personas, no se podría garantizar derechos alimentarios, no habría derechos laborales, regiría en nuestras relaciones la ley de la selva y el crecimiento terminaría siendo territorio solo de algunos poderosos y de muchos mafiosos.

Desde el sector privado y académico se viene gestando una iniciativa para mejorar estos indicadores y afrontar una tarea pendiente en nuestra sociedad desde un actor clave para la promoción del Estado Constitucional de derecho: los abogados. Así como nuestras empresas se han globalizado y han adoptado prácticas de buen gobierno corporativo, el ejercicio del derecho se ha globalizado y requiere también de buenas prácticas para modernizar la profesión. Ya hay muchos abogados, gerencias jurídicas, estudios de abogados y facultades de derecho que se han adecuado a esta nueva realidad y que están adoptando nuevos estándares para el ejercicio profesional, pero falta aún mucho camino por recorrer. La visión es lograr al 2012 un sistema de autorregulación que garantice mejores estándares en la conducta de los abogados.

Para nuestro país es imperativo pasar del mero crecimiento económico al desarrollo sostenible, lo cual supone elevar los niveles de cumplimiento de la ley para fortalecer los derechos de los ciudadanos y el estado constitucional de derecho. Confiemos que así sea.

Por: Beatriz Boza

19 de octubre de 2010

A SOPAPOS APRENDÍ

La mala educación incluye a los de arriba. Los políticos delatan, hoy más que ayer, un desfase en la comprensión lectora de las encuestas, en la asimilación de las lecciones de la historia, en la serena aceptación de que las ideologías absolutas que animaron la fundación de sus partidos se han vuelto muy relativas, para sus prácticos electores.

Pero, ojo, que ese pragmatismo popular también es relativo. La ideología ha perdido bastante peso, como lo acaba de confirmar el PPC al que le fue mal forzando la polarización izquierda/derecha en su campaña por Lima, pero la gente sigue esperando gestos en apariencia banales pero de gran valor simbólico. Hay soluciones que no se vislumbran y heridas que no se cierran porque falta una palabra reconfortante, un golpe en el pecho, un ligero meneíto de cabeza del líder diciendo sí o no con el corazón. Somos menos ideológicos pero igual o más sentimentales y nos seguimos alimentando de símbolos.

Hay mucha gente que aguarda, por ejemplo, que Alan García admita su autoría del sopapo a Richard Gálvez y cancele operaciones de desinformación –montados con nuestra plata– como la autoinculpación de Óscar Rachumi; o que los candidatos presidenciales sean más transparentes en sus cubileteos y pongan sobre la mesa sus condiciones esenciales para llegar a acuerdos y formar frentes, en ese necesario orden, que cualquier otro sería maleducado.

Aún impera el pacto bajo la mesa, el secretismo, el engaño, el miedo a desafiar a la religión y a las Fuerzas Armadas;a pesar de que la educación recomienda todo lo contrario. La ONPE y el JNE nos están haciendo perder un precioso tiempo electoral demorando ese abrazo entre Susana y Lourdes que nos permitirá calcular, con más precisión, dónde queda el nuevo centro político peruano. ¿Pero por qué esperar tanto? Lourdes ya debe tener su propio conteo que le cancela esperanzas, y bien podría adelantarse con un gesto que deje abiertas nuevas posibilidades de alianzas, más ambiciosas que las que hoy se mencionan alrededor de Luis Castañeda.

Que no sea a sopapos ni a cocachos, como en el poema de Nicomedes, que aprendamos las lecciones del 2010.

Por: Fernando Vivas

17 de octubre de 2010

AL MEDIO HAY SITIO. EL CRECIMIENTO ECONÓMICO SEGÚN LOS ESTILOS DE VIDA

En la más reciente feria del Libro organizada en nuestra ciudad, dentro la la cantidad de libros que adquirí, está uno que intenta realizar un análisis distinto de la estructura social, no con la clásica división en clases sociales, este libro es Al medio hay sitio. El crecimiento social según los estilos de vida, de Rolando Arellano.

Lo raro, y que el mismo autor reconoce, es que él no es ni sociólogo, ni antropólogo o algún profesional de las ciencias sociales clásicas, es psicólogo de la PUCP, pero su ámbito de trabajo y estudio es el márketing.

La hipótesis principal de la que parte es que la clásica pirámide social que todos conocemos ya no lo es, sino se ha convertido en un rombo en el que la mayor concentración poblacional está ubicada en la parte central, y para comprobar dicho enunciado, se basa en un indicador creado por él: los estilos de vida, que no es lo mismo que nivel socioecnómico, un estilo de vida es la manera de ser y de actuar compartidas por un grupo significativo de personas. Dentro de un mismo nivel socioeconómico podemos encontrar los 6 estilos de vida que el autor plantea: los sofisticados, los progresistas, las modernas, los adaptados, las conservadoras y los resignados.

Los dejo con parte de la introducción:
"En Latinoamérica, y muy especialmente en el Perú, se está produciendo un fenómeno interesante: los migrantes que llegaron a las grandes ciudades hace 30 años han adquirido no solo poder económico y político, sino también están próximos a lograr su legitimidad social. Este hecho ha motivado que la clásica pirámide de las clases sociales se convierta en un rombo: las puntas representan a los niveles más ricos o menos favorecidos y el centro acoge a la nueva clase media, cada vez más ancha, integrada por aquellos migrantes que hasta hace muy poco eran considerados como parte de las clases más bajas de la sociedad.

Este fenómeno, además, conlleva cambios trascendentales en las representaciones de las tradicionales clases altas y medias de nuestros países. Sus características y comportamientos ya no corresponden más a aquellas ideas estereotipadas y prejuiciosas que describían recientemente a ricos y pobres. Esta perspectiva corrobora que el dinero no es primordial en la manera de pensar de los ciudadanos. En realidad, los seis grupos que se han detectado en la sociedad se relacionan más bien por su manera de ser y de actuar que por el monto de sus bienes y riquezas.

El fenómeno continuará creciendo, pues en el medio de este rombo, en el medio de esta sociedad, hay todavía mucho sitio por llenar. Es allí donde todos los ciudadanos de nuestros países se encontrarán cada vez con más frecuencias, para crecer juntos".

Interesante lectura para comprender, desde otro punto de vista, la estructura social peruana contemporánea.

Arellano, Rolando (2010): Al medio hay sitio. El crecimiento social según los estilos de vida.

15 de octubre de 2010

CLÁSICOS DE LA SOCIOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES


HERBERT SPENCER

HERBERT SPENCER: Uno de los primeros sociólogos ingleses. Como buen positivista que fue, hace la comparación de la sociedad con el cuerpo humano; dice que los órganos de la sociedad son las siguientes instituciones:

a. La familia: Concilia las necesidades de viejos y adultos con máximo de libertad y evolucionan de la promiscuidad, poliandria, poligamia hasta la forma perfecta que es la monogamia.
b. Ceremoniales: Basados en la costumbre y cumplen funciones de control social.
c. Políticas: Estructura que ha evolucionado hasta alcanzar la forma parlamentaria y democrática.
d. Religiosas: Surgen de la incomprensión irracional y del miedo humano.
e. Profesiones: Es resultado de la diferenciación que sirve a la vida nacional.
f. Económicas: Son instituciones que han evolucionado desde la esclavitud, pasando por el servilismo hasta llegar al trabajo libre.

ROBERT MICHELS: Este sociólogo alemán, en su obra: “Los Partidos Políticos”[1] observó que los lideres de las organizaciones mantienen una lucha implícita por el poder contra sus propios seguidores: en toda organización hay una lucha de clases en miniatura. Así como en los sistemas económicos los pocos miembros de la clase alta dominan a las clases bajas, mucho más numerosas pero inmovilizadas, la elite de la organización se sale con la suya, aunque sea inferior en numero a sus seguidores, porque está mucho mejor movilizada. La organización se debe considerar como un entorno político donde los vencedores de la lucha interna por el poder son los que controlan los medios materiales de administración.

WILLIAM ISAAC THOMAS: Sociólogo norteamericano, en su celebre obra “The Polish peasant in europe and america”[2], formula los conceptos de organización, desorganización y reorganización: “Hay por supuesto, una cierta dependencia reciproca entre organización social y organización vital del individuo. Discutiremos el influjo que la organización social ejerce sobre el individuo, veremos en éste y en los siguientes volúmenes cómo la organización vital de los individuos miembros de un grupo, en especial de los miembros directivos, influye en la organización social. Pero la naturaleza de este influjo reciproco es un problema que es preciso estudiar en cada caso particular, no un dogma que haya de aceptarse por adelantado”[3]

KARL MANNHEIM: Este destacado sociólogo alemán, en su libro “Hombre y sociedad en la era de la reconstrucción”[4], afirmó que las organizaciones pueden funcionar sobre 2 tipos de racionalidad diferentes. Existe la racionalidad sustancial, es decir, el conocimiento humano de que ciertos medios conducen a ciertos fines. Este es el tipo de racionalidad que solemos elogiar y, según se cree, es el sello distintivo de nuestra era científica, profesionalizada y libre de supersticiones. Sin embargo, también hay otro tipo de racionalidad, que ha llegado a ser aun más prominente: la racionalidad funcional (o formal) de las organizaciones burocráticas. La racionalidad consiste en la obediencia a las reglas y reglamentos, la adhesión a lo prescrito, pues se supone que son la compilación exhaustiva de la forma más eficiente de hacer las cosas.

CHARLES HORTON COOLEY: Este sociólogo de la Escuela de Chicago nos da su concepto más importante: “grupos primarios”. Con ella afirma la relación orgánica de la formación del yo social individual con los grupos y con la mente humana más amplia. Inicia así un pragmatismo social o, mejor dicho, sociológico. Los grupos primarios,-la familia, el grupo de juegos del niño, el vecindario, etc.- se caracterizan por la asociación y cooperación intimas y el contacto directo “cara a cara” de sus miembros. Son primarios, es decir, básicos para formar la naturaleza e ideales sociales del individuo, su sentir que el grupo es un “nosotros”, su aceptar los “ideales primarios”-amor sacrificado, lealtad, etc. La democracia y el cristianismo extienden los ideales primarios a ámbitos sociales más amplios.

TALCOTT PARSONS: Este gran sociólogo norteamericano, fundador del estructural funcionalismo, también nos plantea algunas ideas sobre la organización social. Parson afirma que su punto de referencia más importante para analizar la organización es su pauta de valor. Si bien estudio el poder, su interés primordial se situaba en las dimensiones culturales que proporcionaba la integración organizativa. Así, mientras la mayoría de la gente concibe la organización como un escenario donde se produce la lucha por el poder, Parsons se preocupaba por los valores que hacían que las organizaciones se mantuvieran unidas. Como sostuvo esta opinión durante toda su carrera, Parsons llego a ser considerado un teórico del consenso.[5]


[1] Michels, Robert. “Los partidos políticos; un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna.” Buenos Aires: Amorrortu, 1972.
[2] Thomas, William Isaac. El campesino polaco en Europa y en América. Centro de Investigaciones Sociológicas, 2006.
[3] Beriain, Josetxo, y José Luis Iturrate. “Para comprender la teoría sociológica”. Navarra, España: Verbo Divino, 1998.
[4] Mannheim, Karl, y Edward Shils. “Hombre y Sociedad en la era de la reconstrucción.” New York: Harcourt, Brace & World, 1940.
[5] Ritzer, George. “Teoría sociológica clásica”. Madrid: McGraw-Hill, 1993.

GANARON LOS EMPRESARIOS

Los resultados provisionales de las últimas elecciones regionales y municipales revelan dos cambios muy importantes. El primero confirma una tendencia, pero ya de modo terminal: se ha producido el colapso de los partidos nacionales. En efecto, si en el 2002 el número de alcaldes provinciales elegidos pertenecientes a partidos nacionales fue el 56% del total, y en el 2006 descendió a un 48%, en el 2010 se desploma a apenas un 20%. La gran mayoría pertenece ahora a movimientos locales, desconectados de las agrupaciones nacionales. Los partidos nacionales no existen en el ámbito provincial. Es la feudalización de la política.

El segundo resultado, a escala regional, expresa que la izquierda ha perdido presencia. Si en el 2006 diez de los veinticinco presidentes regionales habían militado en partidos de izquierda o provenían de ella (cifra proporcionada por Eduardo Ballón y Carlos Monge en ese momento), en el 2010, según el propio Monge, solo cinco presidentes regionales preliminarmente elegidos (aún faltan segundas vueltas en algunas regiones) pertenecen o han pertenecido a partidos de izquierda. De ellos, tres (Cusco, Junín y Cajamarca) proceden de una línea relativamente radical, y los otros dos representan a una izquierda moderada y, eventualmente, por lo menos en un caso (San Martín), claramente pro mercado. En su sólido sur, la izquierda ha perdido Tacna, Moquegua y Puno, importantes bastiones.

La otra cara de esta moneda es que el número de presidentes regionales que son empresarios se ha incrementado. Cuando menos la mitad lo son. Algo parecido estaría ocurriendo con los alcaldes elegidos. Lo que significa que la clase empresarial emergente en las regiones y provincias está incursionando en la política, un fenómeno que debería ser imitado por el empresariado limeño o nacional. La proliferación de movimientos locales es, sin duda, una manifestación de vida: expresa la explosión económica en el interior, el florecimiento de una burguesía. Aunque también, por cierto, el apetito que despierta el abultado incremento de recursos de los gobiernos locales, que ahora ejecutan más del 40% de la obra pública cuando hace 20 años no pasaban del 5%, sin que haya una base contribuyente que fiscalice, pues pocos pagan Impuesto Predial.

Claro que, al menos por ahora, estos empresarios llevan a la política el principio de la iniciativa individual y fundan el movimiento propio. Quizá sea una etapa, pero en algún momento esa iniciativa deberá canalizarse a través de formaciones partidarias mayores, nacionales. Salvo que la disciplina y la coherencia partidarias sean sustituidas, como factor de gobernabilidad, por el desarrollo del consenso y la capacidad de concertación entre agentes políticos autónomos. Algo que revelaría un nivel muy alto de civilización política, difícil de imaginar.

Por: Jaime De Althaus Guarderas

14 de octubre de 2010

¡MINEROS EN TV!

Luego de 69 días de haber permanecido bajo tierra, producto de un derrumbe en la mina donde trabajaban, los 33 mineros chilenos fueron rescatados en un, según opiniones expertas, impecable rescate sin precedentes en le mundo actual. Pero hay algunas cosas que quisiera comentar.

Según datos globales, más de 100 millones de personas en el mundo estuvieron pendientes de este Reality Show, durante las cerca de 24 horas de duración, sin contar los 69 días que estuvieron sepultados, las grandes cadenas televisivas han convertido esta "desgracia" en su negocio y en una fuente de ingresos, no cabe duda ha representado el Reality Show más visto, comparable con Big Brother y otros, todos pendientes de lo que pasaba bajo tierra...No me extrañaría que de aquí a algunos meses o años, salgan algunos directores o escritores trasnochados para aprovecharse de esta "desgracia" para realizar películas, escribir libros, y toda la parafernalia marketera que ellos muy bien conocen.

Tengo muchos amigos chilenos y lo que a ellos y a mí nos ha extrañado es la frialdad con la que los mineros sepultados han saludado a sus seres queridos una vez liberados de su encierro, se notaba más alegría y cariño cuando saludaron al presidente Piñera, a la primera dama chilena y a los ministros presentes. Luego del terremoto en Chile, Sebastián Piñera verá aumentar su aceptación por este excelente rescate y se va ha hacer buen uso de esta "desgracia".

Se dice que a los chilenos les tiene que pasar algo fuerte para que reaccionen, por ejemplo cunado ocurrió el terremoto de los años 80, la infraestructura era deficiente y precaria, luego de eso se impulsaron y establecieron políticas urbanas de control de construcciones y hoy en día Chile es uno de los países en América Latina con fuertes medidas de seguridad urbana en lo referente a construcciones antisísmicas. Esperemos que esta "desgracia" sirva para que se tomen mejores medidas en defensa de los trabajadores mineros, los cuales dejan su vida bajo tierra sin las medidas de seguridad pertinentes (igual que en Bolivia, Perú, etc.).

Los mineros chilenos, luego de 69 días bajo tierra, han salido a la superficie como si nada hubiera pasado, me ha extrañada que se hayan dado el tiempo de afeitarse, lavarse y salir como si recién hubieran entrado.

En muchas partes del presente texto acoté "desgracia", entre comillas, y es que la desgracia para unos es la oportunidad para otros, desgracia para la empresa minera que tuvo que aportar cerca del 75% de los 20 millones de dólares que costó la operación, desgracia para las familias de los mineros sepultados. pero oportunidad para las otras empresas mineras para marketerarse, ya que estas han aportado el otro 25% del dinero, oportunidad para el presidente Piñera, que verá aumentar su popularidad en su país, oportunidad para los propios mineros, que verán aumentar sus réditos, por haber estado el mayor tiempo que un ser humano ha podido estar bajo tierra, oportunidad para las medios de comunicación, nacionales e internacionales y oportunidad para quienes hemos estado viendo este Reality Show durante el tiempo que duró; nos hemos emocionado, alegrado, entristecido, en fin, los mineros nos han entretenido y no poruqe ellos lo hayan planeado así, pero así lo han hecho ver los medios de comunicación.

13 de octubre de 2010

LA RENOVACIÓN URBANA

El término renovación urbana fue acuñado hacia 1950 por Miles Calean, economista americano, y se refiere a la renovación de la edificación, equipamientos e infraestructuras de la ciudad, necesaria a consecuencia de su envejecimiento o para adaptarla a nuevos usos y actividades demandados. Se trata de un fenómeno complejo que puede tomar muy diferentes caminos y está relacionado con otros tipos de procesos urbanos como son la rehabilitación, el desarrollo o la invasión sucesión.

1. DEFINICIÓN
"Revitalización de barrios deteriorados mediante procesos de reutilización del terreno y de los edificios, mejora del ambiente urbano y de la gestión de cada área, participación de los ciudadanos y utilización de fondos públicos, tanto para regenerar las zonas como para atraer más inversión privada”[1]

La renovación urbana no sólo tiene que ver con la revitalización del interior de las ciudades, sino que también está relacionada con el desarrollo sostenible de sus regiones periféricas.

2. PRINCIPIOS DE LA RENOVACION URBANA
Varios autores afirman, que si no se cumplen los siguientes principios fundamentales, existe un peligro real de que las ciudades se fragmenten, que absorban a las zonas rurales y que la congestión del tráfico y las privaciones sociales aumenten:

A. RECICLAR LOS TERRENOS Y LOS EDIFICIOS: Hasta donde sea posible, la construcción de nuevas casas debería hacerse en terrenos previamente construidos, en vez de en áreas verdes, para el caso de Arequipa, en las campiñas.

B. MEJORAR EL MEDIO URBANO: Las áreas urbanas existentes deben hacerse más atractivas, con el fin de que la gente opte por vivir, trabajar y socializar en ellas. Dichas áreas deben fomentar la idea de pertenencia a una comunidad y dar sensación de seguridad. Los barrios tienen que estar mejor conectados entre sí para fomentar que la gente vaya a pie, en bicicleta o en transporte publico.

C. LOGRAR LA EXCELENCIA EN LA GESTIÓN LOCAL: El renacimiento urbano dependerá de la existencia de un fuerte liderazgo local y de una amplia participación democrática de los ciudadanos. Los residentes deben tener un papel mayor en los procesos de toma de decisiones.

D. PROPORCIONAR REGENERACIÓN: Habría que dar más poder y responsabilidad a las autoridades locales para que dirijan sus recursos hacia la regeneración a largo plazo de las zonas desfavorecidas. Hay que utilizar los fondos públicos para atraer la inversión privada mediante el mercado.

3. HISTORIA
Las primeras operaciones de renovación urbana se dan en la temprana ciudad industrial. En el siglo XIX se acometen en casi todas las ciudades medias occidentales obras de rehabilitación y saneamiento de los barrios obreros, obras en las que juega un papel determinante el derribo de las murallas. Otras operaciones que se realizan son la apertura de ejes de comunicación y la construcción de ensanches que permeabilizasen las complejas tramas medievales.

En la ciudad post-moderna las operaciones de renovación urbana van cada vez más dirigidas a la rehabilitación de barriadas estratégicamente situadas y que sufren como consecuencia de esta renovación una considerable revalorización que se convierte en el principal motor de la actuación del capital privado y público en la zona, provocando también movimientos sociales.

La renovación urbana hoy día se produce en el centro de una ciudad en desarrollo o en sus proximidades, dado que en estas zonas es donde se localizan los barrios más envejecidos e inadaptados a las estructuras económicas y sociales actuales.

Este tipo de actuaciones a gran escala implican necesariamente la intervención de la administración pública según Richardson[2], dado que la mejora de las estructuras y los equipamientos de una zona se trata de una empresa que requiere grandes desembolsos de capital que no serán recuperados necesariamente.

El valor de una finca viene determinado, entre otras cosas, por la calidad de la vecindad, lo viene da denominarse “efecto contagio”. Por lo tanto si en un área con casas bien mantenidas un propietario submantiene la suya obtendrá un rendimiento superior. Por el contrario si el propietario mantiene bien el estado de la edificación en un entorno deteriorado, los rendimientos que obtendrá por este mantenimiento serán muy inferiores. Por lo tanto, solo resultará rentable mantener en buen estado una vivienda si el resto de las edificaciones mantienen un buen nivel de mantenimiento.

Esto nos lleva a afirmar que solo es posible la renovación urbana si el sector público asume el coste del contagio privado y sustituye el funcionamiento del mercado por una mezcla de inversiones públicas y privadas. Las subvenciones del gobierno minimizan los costes para los ayuntamientos. Además, la construcción de nuevos edificios supone un aumento de los ingresos fiscales de la administración local.

Algunos ejemplos de renovación urbana masiva se han estudiado en EEUU y Gran Bretaña. Así en el primero de estos estados, a finales de 1965 se habían aprobado 1.700 proyectos de renovación urbana, desalojándose y desplazándose a unas 750.000 personas. A partir de este año el ritmo de renovación se va acelerando. En EEUU la renovación urbana tiende a reducir el volumen de viviendas de renta baja y aumenta el de los apartamentos de renta alta, obligando a los pobres a trasladarse a viviendas más caras.

En Gran Bretaña entre 1955 y 1970 se demolieron 1.153.000 edificios, aunque el impacto fue menor que en EEUU sobre todo gracias a una fuerte política social de vivienda que acogió a la población desalojada.


[1] Giddens, Anthony. Sociología. pág. 874
[2] Richardson, H. Economía del urbanismo.

LA DEMOCRACIA COMO ACTITUD CIUDADANA

Usualmente, cuando los sociólogos, basándonos en exclusiva en una encuesta, volcamos en un libro la información de un análisis empírico, el resultado suele ser, para el público lector medio, algo tedioso. Demasiadas tablas, gráficas e información estadística. En realidad, esto no tiene porque ser algo negativo, la Sociología como disciplina tiene una tradición metodológica y temática que no tienen porque interesar más que a los propios sociólogos. Evidentemente, para el público medio, es mucho más divertido leer un ensayo que nos hable sobre las grandes ideas que organizan nuestro mundo actual: choque de civilizaciones, medios de comunicación, capitalismo o temáticas de similar alcance. Los andaluces Manuel Pérez Yruela y Ramón Vargas Machuca, junto con los investigadores Braulio Gómez Fortes e Inma Palacios, han logrado en su libro Calidad de la democracia en España presentar una encuesta sobre las actitudes de los españoles hacia la democracia con un inusitado equilibrio entre teoría política y opinión pública. Esto hace que el libro pueda - e incluso deba - ser leído no sólo por politólogos y sociólogos, sino por el ciudadano interesado por los rumbos que está tomando nuestra democracia.

Tras más de 30 años de democracia, en España gozamos de una distancia prudencial para realizar valoraciones desprejuiciadas. Esto no hubiera podido hacerse durante la Transición política ni justo después. Si se hubiera hecho durante la Transición, "la pasión democrática" hubiera desequilibrado las evaluaciones. Si se hubiera hecho justo después, "el desencanto democrático" las hubiera, del mismo modo, sesgado. En consecuencia, el momento era justo ahora. Así, este es el primer estudio que se centra en la percepción que tienen los ciudadanos sobre la calidad de la democracia en la que viven.

No es este un texto en el que los autores tomen moldes de importación analítica, la principal virtud, de hecho, es la apuesta por un marco teórico propio que supera, bajo nuestro punto de vista, los enfoques ya practicados en el mundo hispano de David Beetham (Fundación Alternativas) y Guillermo O'Donell (Gobierno de Costa Rica). En él, se nos dice que "un buen modelo de democracia se orienta básicamente a hacer viable el haz de aspiraciones contenidos en el ideal que lo justifica".

Otro de los méritos principales de este libro es su consideración de las actitudes de los ciudadanos hacia la democracia como una percepción asentada, no sujeta a los devenires coyunturales de un gobierno u otro (aunque no deje de ser obvio que estos factores ejerzan también su influencia). Muchos de nuestros ciudadanos tienen la experiencia de cuatro gobiernos y saben valorar sin interferencia partidaria, lo que ha supuesto la democracia como institución para nuestro país.

Los resultados muestran que los españoles pensamos que no existe mejor sistema de convivencia que el democrático (legitimidad difusa). No hay, en consecuencia, en España ninguna intención de cambio hacia un régimen de corte más autoritario. Puede decirse que la democracia es un bien que han incorporado los ciudadanos. Ahora bien, cuando se le pregunta a los ciudadanos si están satisfechos con la forma en la funciona la democracia en España (legitimidad específica), los resultados no son tan alentadores. Como dicen los autores, la democracia suele ser un régimen que "alimenta aspiraciones que a veces no puede satisfacer".

La principal queja ciudadana radica en la falta de rendición de cuentas y en la carencia de transparencia de nuestros políticos. Distintas encuestas como los barómetros del CIS o, en Andalucía, la Encuesta sobre la Realidad Social Andaluza, ya han mostrado que los ciudadanos consideran a la clase política y a los políticos como el tercer problema en España. No sentimos que los partidos políticos estén cerca de los ciudadanos. Tampoco, vemos la manera de aumentar nuestra influencia en ellos. Percibimos que sus miembros no tienen especial en que formemos parte integrante. Las críticas a las elecciones primarias son un claro ejemplo de la cerrazón de los políticos a la democracia interna en sus partidos. Es patente, como la sociología política ha demostrado, que cuando los militantes se movilizan, el interés de la ciudadanía por la política crece. Lo que ha venido denominándose "partitocracia" o colonización de las instituciones públicas por militantes y hombres de partido, ha servido para distanciar más aún el espacio que separa a los políticos de los ciudadanos.

En este libro, también despuntan aspectos positivos sobre nuestra percepción de la democracia que sorprenderán al lector. A diferencia de lo que sucede en otros países, como Italia, Argentina o Grecia, los españoles confiamos en nuestros funcionarios y en nuestro tribunal constitucional. Pese a que nuestro país no goza de una sociedad civil vigorosa, todo parece indicar que estamos alejados del "familiarismo amoral" con el que Edward Banfield calificó a los habitantes del sur de Italia. Es difícil hacerle críticas a semejante trabajo tan notable. Nosotros hemos echado en falta la presencia de un mayor número de cruces más allá del sexo, la edad y el nivel educativo.

Esperamos que un libro como éste se repita dando pie a series históricas que nos permitan observar la salud de nuestra democracia a través del tiempo. También esperamos que sirva de lectura para aquellos que dirigen nuestras instituciones políticas. Como bien sabemos todos, todas las democracias no son iguales y la diferencia entre una democracia de buena calidad y una de mala calidad pueden ser abismal. Bien convendría que lo tuviésemos esto en mente.

10 de octubre de 2010

CATORCE MINUTOS DE REFLEXIÓN

Ese día, como todos los días desde que, hace tres semanas, llegamos a Nueva York, me levanté a las cinco de la mañana y, procurando no despertar a Patricia, me fui a la salita a leer. Era noche cerrada todavía y las luces de los rascacielos del contorno tenían la apariencia inquietante de una gigantesca bandada de cocuyos invadiendo la ciudad. Dentro de una hora más o menos comenzaría a amanecer y, si estaba despejado el cielo, las primeras luces irían iluminando el río Hudson y la esquina de Central Park con sus árboles que el otoño comienza a dorar, un lindo espectáculo que me regalan cada mañana las ventanas del departamento (vivimos en el piso cuarenta y seis).

Tenía el día planificado con toda precisión. Trabajaría un par de horas preparando la clase del próximo lunes en Princeton, en la que ilustraría el tema del punto de vista con ejemplos tomados de “El reino de este mundo” de Alejo Carpentier, media hora de ejercicios para la espalda, una hora de caminata en Central Park, periódicos, desayuno, ducha, y a la Public Library de Nueva York, donde escribiría mi Piedra de Toque para “El País” sobre el suicidio, tirándose del puente George Washington, en la Universidad de Rutgers, de Tylor Clementi, violinista y joven estudiante al que dos compañeros homófobos habían denunciado como gay, difundiendo en la red un video en el que aparecía besándose con un hombre.

Inmediatamente fui absorbido por la magia de “El reino de este mundo” y la transfiguración mítica que la prosa de Carpentier hace de los primeros intentos independentistas en Haití. El narrador omnisciente de la historia es una astuta ausencia erudita, libresca, barroca y rebuscada que narra desde muy cerca de la sensibilidad del esclavo Ti Noel, quien cree en los Grandes Loas del vudú y que los hechiceros del culto, como Mackandal, gozan del don de la licantropía, es decir, pueden transformarse en animales a voluntad. Hacía por lo menos veinte años que no la releía y su poder de persuasión seguía siendo irresistible.

De pronto advertí la presencia de Patricia en la salita. Se acercaba con el teléfono en la mano y una cara que me asustó. “Una tragedia en la familia”, pensé. Cogí el aparato y escuché, entre silbidos, ecos y eructos eléctricos, una voz que hablaba en inglés. En el instante en que alcancé a distinguir las palabras “Swedish Academy” la comunicación se cortó. Estuvimos callados, mirándonos sin decir nada, hasta que el teléfono repicó otra vez. Ahora sí se oía bien. El caballero me dijo que era el secretario de la Academia Sueca, que me habían concedido el Premio Nobel de Literatura y que la noticia se haría pública dentro de 14 minutos. Que podía escucharla en la televisión, la radio e Internet.

–Hay que avisar a Álvaro, Gonzalo y Morgana –dijo Patricia.

–Mejor esperemos que sea oficial –le contesté.

Y le recordé que, hacía muchos años, en Roma, nos habían contado la broma pesada que le jugaron unos amigos (o más bien enemigos) a Alberto Moravia, haciéndose pasar por funcionarios de la Academia Sueca y felicitándolo por el galardón. Él alertó a la prensa y la noticia resultó un embrollo de mal gusto.

–Si es cierto, esta casa se va a volver un loquerío –dijo Patricia–. Mejor dúchate de una vez.

Pero, en vez de hacerlo, me quedé en la salita, viendo asomar entre los rascacielos las primeras luces de la mañana neoyorquina. Pensé en la casa de la calle Ladislao Cabrera, en Cochabamba, donde pasé mi infancia, y en el libro de Neruda “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, que mi madre me había prohibido leer y que tenía escondido en su velador (el primer libro prohibido que leí). Pensé en lo mucho que le hubiera alegrado la noticia, si era cierta. Pensé en la gran nariz y la calva reluciente del abuelo Pedro, que escribía versos festivos y explicaba a la familia, cuando yo me negaba a comer: “Para el poeta la comida es prosa”. Pensé en el tío Lucho, que, en ese año feliz que pasé en su casa de Piura, el último del colegio, escribiendo artículos, cuentecitos y poemas que publicaba a veces en “La Industria”, me animaba incansablemente a perseverar y ser un escritor, porque, acaso hablando de sí mismo, me aseguraba que no seguir la propia vocación es traicionarse y condenarse a la infelicidad. Pensé en el estreno, ese mismo año, en el teatro Variedades de Piura, de mi obrita “La huida del Inca”, que mi amigo Javier Silva publicitaba a voz en cuello por las calles con una gran bocina, desde el techo de un camión, y en la bella Ruth Rojas, la Vestal de la obra, de la que yo estaba enamorado en secreto.

–Es una tontería pensar que esto puede ser una broma –dijo Patricia–. Llamemos a Álvaro, Gonzalo y Morgana de una vez.

Llamamos a Álvaro a Washington, a Gonzalo a Santo Domingo y a Morgana a Lima, y todavía faltaban siete u ocho minutos para la hora señalada. Yo pensé en Lucho Loayza y Abelardo Oquendo, los amigos de adolescencia y en la revista “Literatura”, de la que sacamos apenas tres números, de nuestro manifiesto contra la pena de muerte, del homenaje a César Moro, y de las feroces discusiones que a veces teníamos sobre si Borges era más importante que Sartre o este que aquel. Yo sostenía lo último y ellos lo primero y eran ellos, por supuesto, quienes llevaban la razón. Fue entonces cuando me pusieron el apodo (que a mí me encantaba): ‘El Sartrecillo Valiente’.

Pensé en el concurso de La Revue Francaise que gané el año 1957, con mi cuento “El desafío”, que me deparó un viaje a París, donde pasé un mes de total felicidad, viviendo en el hotel Napoleón, en las cuatro palabras que cambié con Albert Camus y María Casares en las puertas de un teatro de los Grandes Bulevares, y mis desesperados y estériles esfuerzos para ser recibido por Sartre aunque fuera solo un minuto para verle la cara y estrecharle la mano. Recordé mi primer año en Madrid y las dudas que tuve antes de decidirme a enviar los cuentos de “Los jefes” al Premio Leopoldo Alas, creado por un grupo de médicos de Barcelona, encabezado por el doctor Rocas y asesorado por el poeta Enrique Badosa, gracias a los cuales tuve la enorme alegría de ver mi primer libro impreso.

Pensé que, si la noticia era cierta, tenía que agradecer públicamente a España lo mucho que le debía, pues, sin el extraordinario apoyo de personas como Carlos Barral, Carmen Balcells y tantas otras, editores, críticos, lectores, jamás hubieran alcanzado mis libros la difusión que han tenido.

Y pensé lo increíblemente afortunado que yo he sido en la vida por seguir el consejo del tío Lucho y haber decidido, a mis 22 años, en aquella pensión madrileña de la calle de Doctor Castello, en algún momento de agosto de 1958, que no sería abogado sino escritor, y que, desde entonces, aunque tuviera que vivir a tres dobles y un repique, organizaría mi vida de tal manera que la mayor parte de mi tiempo y energía se volcaran en la literatura, y que solo buscaría trabajos que me dejaran tiempo libre para escribir. Fue una decisión algo quimérica, pero me ayudó mucho, por lo menos psicológicamente, y, creo que, en sus grandes rasgos, la cumplí en mis años de París, pues los trabajos en la Escuela Berlitz, la Agence France Presse y la Radio Televisión Francesa me dejaron siempre algunas horitas del día para leer y escribir.

Y pensé en la extraña paradoja de haber recibido tantos reconocimientos, como este (si la noticia no era una broma de mal gusto), por dedicar mi vida a un quehacer que me ha hecho gozar infinitamente, en la que cada libro ha sido una aventura llena de sorpresas, de descubrimientos, de ilusiones y de exaltación, que compensaban siempre con creces las dificultades, dolores de cabeza, depresiones y estreñimientos. Y pensé en lo maravillosa que es la vida que los hombres y las mujeres inventamos, cuando todavía andábamos en taparrabos y comiéndonos los unos a los otros, para romper las fronteras tan estrechas de la vida verdadera, y trasladarnos a otra, más rica, más intensa, más libre, a través de la ficción.

A las seis en punto de la mañana las radios, la televisión e Internet confirmaron que la noticia era cierta. Como predijo Patricia, la casa se volvió un loquerío y desde entonces yo dejé de pensar y, casi casi, hasta de respirar.

Nueva York, octubre del 2010

Por: Mario Vargas Llosa

9 de octubre de 2010

LA CIUDAD

“En las sociedades industriales, comparadas con las comunidades agrícolas, comunidad cuyas estructuras sociales y económicas están determinadas por los siguientes factores: el numero de la población es tan elevado, que las relaciones personales y, por lo menos, las relaciones con conocidos quedan suspendidas a, y dominadas por, la distancia social y el anonimato; de ello se deriva una fuente de polarización entre esfera pública y esfera privada en la vida del ciudadano; los medios para subsistir se ganan generalmente con trabajo no agrario; los centros de compras cubren en gran parte la necesidad de la población del centro de la ciudad y de los alrededores; los centros de producción trabajan principalmente para la demanda externa; los servicios públicos, comerciales y de negocios no son utilizados sólo por la población de la ciudad; una red de comunicaciones une las zonas de residencia con las de trabajo, y esto permite una movilidad relativamente rápida para los ciudadanos; las zonas de residencia y de trabajo, por lo general, están separadas; la población vive en pequeñas viviendas; familias de 2 generaciones o bien familias nucleares con niños pequeños, familias monoparentales, parejas de hecho o solteros; predomina un elevado enfoque racional de la vida, que frecuentemente lleva a innovaciones tecnológicas y sociales; existe una alta movilidad social para los puestos de trabajo y en la educación entre generaciones”.[1]

La definición sociológica de ciudad debe diferenciarse de la jurídico-administrativa. Según los indicadores predominantes de la estructura socioeconómica de la ciudad, puede distinguirse entre ciudades de consumo, de producción, de vivienda, de residencia, plazas militares, administrativas, comerciales, portuarias o industriales. Según el tamaño de la población, puede hablarse de ciudades comarca (2000-5000 habitantes), ciudades pequeñas (5000-20000 habitantes), ciudades medianas (20000-100000) y grandes ciudades (más de 100000 habitantes). Como indicio de la aglomeración creciente y de la intensificación de las relaciones funcionales entre la ciudad y las zonas agrícolas de su entrono o entre ciudades, son sociologicamente relevantes los conceptos de área urbana (unidad entre ciudad y campo) y áreas metropolitanas, o bien megalópolis (varias ciudades que se confunden entre sí). La tendencia a gran ciudad permitió que las relaciones de los barrios o zonas de la ciudad adquirieran un carácter fuertemente diferenciado.

El concepto político de ciudad es aplicado a conglomerados urbanos con entidad de capitalidad y mayor importancia en la región y que asume los poderes del Estado o nación. Será la ciudad capitalina, pero por extensión se aplica la denominación a cualesquiera entidad administrativa con alguna autonomía a nivel de municipio, siendo las demás denominaciones, como pueblo, genéricas y optativas.

En el concepto religioso, tanto en la alta edad media como en otros periodos como el renacimiento y anteriormente al siglo XII, solo era ciudad la que dentro de sus murallas tuviera una catedral donde un obispo ostentase su propia cátedra; ya que en el pasado las catedrales eran también centros docentes. En algunos países Europeos como Francia o España, durante la edad media y la inquisición, dentro del concepto político solo fue considerada ciudad como tal la que tuviese su propia catedral o sede de una archidiócesis llegándose a dar el caso de que una misma ciudad con más de una archidiócesis, construyese más una catedral, en dedicación a cada patrón.

Es pues una definición administrativa del estado político, región geográfica o comunidad autónoma, que tienen una ciudad central y pueblos o ciudades menores. La geografía urbana y la sociología urbana estudian ambos aspectos desde el punto de vista de la geografía humana y la sociología con la ecología humana.

La ciudad no es sólo un objeto de estudio importante de las Ciencias Sociales, sino, sobre todo, un problema que ha ocupado y preocupado a los hombres desde que éstos decidieron asentarse formando agrupamientos estables. Es obvio que los asentamientos humanos, aún en sus formas más simples, requieren de un mínimo de acuerdos sociales para asegurar el equilibrio del grupo, y que de la fragilidad o solidez de dichos acuerdos depende la estabilidad necesaria para la convivencia adecuada. Por ello, la ciudad debe entenderse como un fenómeno vivo y permanente, íntimamente ligado a la cultura con la que comparte la característica de la complejidad, lo que invita a acometer su estudio desde múltiples puntos de vista. Se han ocupado de ella, entre otras disciplinas, la Historia, la Filosofía, la Geografía, la Psicología, el Arte, la Arquitectura, la Sociología, la Política, la Literatura, la Antropología y, por supuesto, el Derecho.

[1] Hillmann, Karl-Heinz: “Diccionario Enciclopédico De Sociología” pág. 123

DEL OTRO LADO DE LA MESA, CON GARCÍA

A alcaldes y presidentes regionales electos les viene y les vendrá bien sentarse a conversar con Alan García.

Y al propio García ello tiene y tendrá que recordarle que no solo es jefe de Gobierno sino también jefe del Estado. Y algo más: que el Estado Peruano es indivisible y que el Gobierno es unitario.

O sea que las autonomías municipales y regionales terminan ahí donde comienzan las prerrogativas constitucionalmente unitarias del Gobierno y las indivisibles del Estado.

Subrayado esto, a ninguna nueva o vieja autoridad regional debería ocurrírsele jugar al estado federado, pretendiendo hacer lo que le dé la gana. Tampoco el Gobierno debería renunciar a sus competencias vigentes de control y fiscalización de los recursos transferidos desde las arcas del Tesoro Público.

Lo que hemos visto en los últimos cuatro años es una estrategia cruzada absolutamente anómala e irresponsable. De un lado el Gobierno, jugando al ‘muertito’, es decir a que no ve ni oye ni huele nada. Y de otro, las presidencias regionales, jugando a los ‘nuevos ricos’ y al dispendio presupuestal al amparo de una mal entendida autonomía. El Gobierno no puede desatenderse de las regiones como estas dejar de estar en la línea normal y básica de reporte a Economía y Finanzas.

Las autonomías municipales y regionales deberían ingresar en un proceso de entrenamiento eficiente y competitivo para que no se produzca el desastre en gestión que muchas de ellas exhiben actualmente.

De ahí que sea muy útil para el país, en este tiempo postelectoral, que García tenga del otro lado de la mesa a alcaldes y presidentes regionales y vea con ellos, más de cerca, sus necesidades, pero que también estos se comprometan a reconocer controles y fiscalizaciones.

Si queremos, en verdad, ver fortalecidas nuestras instituciones y más eficientes nuestros mecanismos democráticos, comencemos por proteger el ordenamiento territorial del país, yendo pronto hacia la formación de reales regiones como parte de la conjunción ad hoc de dos o más departamentos.

La otra tarea fundamental consiste en regular las transferencias de dinero a las regiones, mediante una estructura garantizada de gasto eficiente.

¿Podrán comprometerse a esto García y su ministro de Economía y Finanzas, Ismael Benavides?.

Por: Juan Paredes Castro

8 de octubre de 2010

"NO EN VANO SE NACE AL PIE DE UN VOLCÁN"

Esta frase netamente arequipeña, refleja lo que hoy a sido motivo de orgullo local, nacional e internacional (en los países de lengua hispana) la, un poco tardía, distinción que se le otorgó al escritor arequipeño Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010.

Esta distinción nos llena de gran orgullo a los arequipeños, que de por si siempre estamos orgullosos de nuestra comida, nuestro volcán, etc, y ahora de nuestro gran literato internacional. Este homenaje no sólo es un premio para él, como persona, sino representa un premio para la lengua castellana de la cual somos parte miles de millones de personas en el mundo.

Haciendo un poco de historia literaria, escritores latinoamericanos que han recibido este premio fueron: los chilenos Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971), el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), el colombiano Gabriel García Márquez (1982) y el mexicano Octavio Paz (1990). Han pasado 20 años desde que un escritor de habla hispana recibe este premio y en el caso de Vargas Llosa, en mi opinión, premio tardío, felizmente no muy tarde; ya que nos estaríamos lamentando como los casos de Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, etc.

Vargas Llosa nación en Arequipa, el 28 de marzo de 1936, aunque no vivió mucho tiempo en el terruño mistiano, ya que por motivos familiares se tuvo que ir de Arequipa. Durante sus años de juventud, embebido por los ideales izquierdistas de la Revolución Cubana, de los que se separa debido al famoso caso Padilla, asume una posición más liberal. Lo que podemos rescatar de la parte política del escritor es que asumió y defensión las posturas ideológicas que, en el respectivo periodo de su vida, le tocó vivir.

Entre los principales premios que recibió en su extensa trayectoria literaria destacan: el Premio Rómulo Gallegos (en 1967, por su novela La casa verde), el Premio Cervantes (1994), el Premio Nacional de Novela del Perú (en 1967, por La casa verde), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (España) (1986), el Premio de la Paz de los Libreros de Alemania, otorgado en la Feria del Libro de Fráncfort (1997). En 1993 le fue concedido el Premio Planeta por su novela Lituma en los Andes. Un gran relieve en su carrera literaria tuvo el Premio Biblioteca Breve, que se le otorgó por La ciudad y los perros, en 1963.

Dentro de sus principales obras podemos destacar:


  • Los Jefes (1959)


  • La ciudad y los perros (1962)


  • La casa verde (1966)


  • Los cachorros (1967)


  • Conversación en La Catedral (1969)


  • Pantaleón y las visitadoras (1973)


  • La tía Julia y el escribidor (1977)


  • La guerra del fin del mundo (1981)


  • Historia de Mayta (1984)


  • ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986)


  • Elogio de la madrastra (1988)


  • El Pez en el agua (1993)


  • Lituma en los Andes (1993)


  • Los cuadernos de don Rigoberto (1997)


  • La Fiesta del Chivo (2000)


  • El Paraíso en la otra esquina (2003)


  • Travesuras de la niña mala (2006)


  • El sueño del celta (2010)



  • Desde el punto de vista sociológico, infaltables son las lecturas de Conversación en la Catedral y la Fiesta del Chivo, en las que se reflejan las atrocidades de las dictaduras latinoamericanas. Si nos inclinamos por la literatura, recomiendo la lectura de La guerra del fin del mundo, La ciudad y los perros o El sueño del celta

    Finalmente, Antonio Gramsci escribía, en uno de sus escritos de cárcel: "Los indiferentes son el peso muerto de la historia". Mario Vargas Llosa es un ejemplo cabal de la defensa y de la asunción de los ideales personales, políticos, sociales, culturales, con los que siempre estuvo comprometido. Un orgullo para el Perú, pero sobre todo para Arequipa.

    6 de octubre de 2010

    METÁSTASIS DEMOCRÁTICA

    De pronto pareciese que una verdadera fiebre de participación ciudadana se hubiese desatado por doquier y que miles y miles de ciudadanos hubiesen adherido a la democracia como forma ideal de gobierno. Aun los que antes sostenían que el poder nace del fusil, hoy hasta declararían que nace de las urnas.

    Las elecciones municipales y regionales nos han mostrado la proliferación de cientos de movimientos vecinales y de entusiastas candidatos que –cual carretas Jorge Pérez en su clásica canción–prometen hasta que “las corvinas nadarán fritas con su limón”.

    ¡Fiesta democrática! Suele ser el calificativo de muchos periodistas al referirse a los comicios de este 3 de octubre. Insuficiencia de los partidos políticos para canalizar voces e inquietudes locales, apuntan circunspectos analistas políticos.

    Sin ánimo de polemizar y guiado por las estrafalarias propuestas y los no menos folclóricos símbolos electorales, amén de los balbuceantes candidatos, creo que es deber del analista preguntarse –con legítima preo-
cupación– si todo esto obedece a la llamada crisis de la representación política o a factores acaso más prosaicos derivados de nuestra crisis de valores.

    Primero fue la apresurada y nada técnica llamada regionalización. Luego, la ingente transferencia de facultades y recursos a las instancias regionales y locales. ¿Resultado? Apetecibles feudos llamados democráticos que convocan ambiciones económicas de postulantes y de sus amigos que –bajo membretes como Frente de Defensa de sabe Dios qué movimientos que propugnan cambios nadie sabe hacia dónde– pugnan por una prostituida representación política que –en muchísimos, muchísimos casos– no constituyen cosa distinta que concebir el poder local como ocasión de enriquecimiento pronto o, peor aun, de alcanzarlo para estar en aptitud de entretejer propuestas políticas nacionales que –bajo la forma de “alianzas o confluencias”– posibiliten conglomerados de cara a las elecciones del 2011.

    La descentralización política y económica no ha hecho sino terminar por enfermar el todo de la vida orgánica política. Los males del centralismo los hemos esparcido al tejido nacional todo, multiplicando así las incompetencias en la gestión pública y alimentando la prostitución de su manejo.

    ¿Nos atreveremos a revisar la malhadada regionalización? ¿Obligaremos a los partidos políticos nacionales (más allá de llenar formularios azangáricos) a ser verdaderamente democráticos en la elección de sus candidatos? ¿Exigiremos que estos partidos convoquen y capaciten a los mejores y no cedan a elegir aventureros de la cosa pública?

    Vamos. No nos extrañemos de las propuestas autoritarias y centralistas que empiezan a confirmarse en el imaginario de la gente precisamente como antídoto a las incapacidades de gestión local, a las innecesarias fuentecitas de agua que se inauguran por doquier y a las agrupaciones (más bien bandas) que en nombre de la democracia constituyen –de facto y desde un principio– formas de asociación ilícita para delinquir.

    Por: Eduardo Zapata

    4 de octubre de 2010

    POST (E)LECCIONES

    El día de ayer 3 de octubre fue día de elecciones en Perú, y a pesar de que se elegían a las autoridades locales y regionales para un período de 4 años en todo el territorio patrio, la atención central la tuvo la elección en Lima entre las candidatas Susana Villarán y Lourdes Flores. Nuevamente el centralismo limeño se apoderó de las elecciones haciendo incluso que nos olvidemos de nuestras propias autoridades locales, al extremo, según entrevistas que pude realizar en el mismo lugar que me tocó votar, que la gente discutía sobre quien es la mejor candidata para Lima, olvidándose por completo de Arequipa, asumo, por simple deducción lógica que lo mismo pasaba en el resto del país. pero estas elecciones nos dejan algunas lecciones que se deben tomar en cuenta para los próximos comicios regionales y/o locales (no las elecciones generales, que por ser generales necesariamente tienen un tinte especial):

    En primer lugar, hemos asistido a la crisis de los grandes partidos políticos nacionales. El APRA y el Partido Popular Cristiano (PPC) no han obtenido ningún gobierno regional, lo que consolida la fuerza de los movimientos regionales, en mi opinión, esto se veía venir, ya que son esos movimiento regionales los que conocen las verdaderas carencias de sus regiones, en algunos casos las presidencias regionales serán definidas en segunda vuelta, lo que le da mayor legitimidad a la autoridad elegida.

    En segundo lugar, las elecciones regionales han girado en torno a Lima. Nuevamente el centralismo del que tanto nos quejamos vuelve a asomar sus narices a tal extremo que nos preocupamos más por lo que pasa en Lima que en nuestras regiones. A las 4 p.m. hora del Flash electoral todos (me incluyo) estábamos pendientes de las televisoras limeñas para conocer el descenlace de las elecciones en Lima, mientras unos pocos veían por curiosidad las televisoras locales o se informaban por radio.

    En tercer lugar, la inmensa cantidad de candidatos. Tanto para las alcaldías como para las presidencias regionales, aturdieron al público elector, eran tantos que nadie sabía por quién votar, recordemos que igual síntoma sucedió en las elecciones generales del 2006 y esto puede ser una antesala de los nos podría esperar al próximo año. Esta abundante fauna de candidatos demuestra la inmadurez del sistema político peruano y la falta de seriedad con las que se manejan seudos partidos y agrupaciones políticas que no hacen más que aburrir a la población y generar antipatía hacia la política.

    En cuarto lugar, las campañas electorales se han caracterizado por el debate de ideologías y posiciones políticas. Cuando de lo que se trató era de elegir el mejor vecino, al más capaz, al mejor preparado y al que posea experiencia en gestión publica y municipal; podemos decir que en nuestra querida Arequipa hemos elegido regularmente bien (Juan Manuela Guillén, reelecto Presidente Regional y Alfredo Zegarra, alcalde de José Luis Bustamante y Rivero), lamentablemente no podemos decir los mismo de otras regiones y localidades.

    En quinto lugar, hemos elegido a la persona y no a los planes de gobierno. Muy poca gente, y me incluyo dentro de ese vergonzoso grupo, ha leído la totalidad de los planes de gobierno de todos los candidatos regionales y distritales (felizmente yo vivo en el Cercado, así que no tengo que votar por distrito) y ha hecho una comparación entre ellos para poder tomar una decisión informada. Lamentablemente en el Perú gana el candidato criollo, el pendejo, el vivo, el que se pase a todos y al que todo se le permite.

    Finalmente, el sistema electoral. En nuestro país el voto aún es manual, lo que demora en sobre manera la contabilidad de los votos. Muestra patética de ello es que ayer a las 10:25 pm recién la ONPE (Oficina Nacional de Proceso Electorales) daba un avance al 12.80% de los votos. Ayer mismo se dieron las elecciones en Brasil, con el sistema electrónico, lo que permitió que en menos de 4 horas se procesaran 100 millones de votos. El mismo Ex jefe de la ONPE, el sociólogo Fernando Tuesta Soldevilla, manifestaba que era hora de introducir el voto electrónico en el Perú, falta voluntad política para hacerlo.

    En fin, como dicen los mexicanos: Este arroz ya se coció, esta campaña electoral  ya acabaró, pero faltan las elecciones generales que se nos vienen, tendremos mucho que ver y oír...A propósito ¿Qué fue del referéndum?