11 de septiembre de 2010

TRABAJO Y GLOBALIZACIÓN

El trabajo esta definido como la actividad práctico conscientemente llevada a cabo por el hombre para solucionar o mitigar los problemas de supervivencia; en sus formas más concretas y originarias no es fácilmente diferenciable del “arte” o del “juego”. Los procesos laborales son siempre, al mismo tiempo, procesos sociales. El trabajo configura las relaciones sociales de las personas entre si y de unas frente a otras, transforma el medio “natural” en un medio cada vez más cultural y deja sus rasgos antagónicos también en sus técnicas. Las sociedades se caracterizan decisivamente, tanto en sus relaciones de dependencia y de poder como en sus formas de valorar, por las aportaciones históricas de sus formas de trabajo. La finalidad y las prácticas laborales tampoco pueden ser estudiadas fuera del contexto de la ética laboral de los grupos sociales, clases, instituciones, etc., de acuerdo con las normas; si estas, por ejemplo, asignan valor a los actos laborales mismos, a las formas de cooperación, a los resultados a corto plazo. La participación conseguida en este tipo de detalles valorados influye profundamente en el status social de las personas. Esta es la definición sociológica más difundida en torno al concepto de trabajo, el cual lo encontramos en el Diccionario Enciclopédico de Sociología de Karl Heinz-Hillmann

Ahora bien, desde sus inicios el ser humano ha ideado diversas formas de poder distribuirse el trabajo, dependiendo de las características físicas, especialización, etc. Es debido a esto, que se da lo que en las Ciencias Sociales conocemos como las divisiones del trabajo.

En primer lugar tenemos la división natural de trabajo: hombres y mujeres. En segundo lugar, la 1º división del trabajo: agricultores y ganaderos. En tercer lugar, la 2º división del trabajo: artesanos y comerciantes. Y, finalmente, la 3º división del trabajo: manual e intelectual.
Este es el desarrollo histórico del proceso humano llamado trabajo.

Ahora bien, el mundo moderno, el que las relaciones sociales, políticas, económicas, etc., han cambiado, el trabajo, que forma parte de estos, como acto humano de interrelación social, ha sufrido grandes variaciones, más aún a partir de la difusión e implementación de la globalización a nivel mundial.

No podemos desentendernos de las terribles consecuencias que ha traído la globalización del trabajo, la perdida de las relaciones entre personas, en el medio laboral, se han transformado en simples relaciones de cosas, como apuntaba el viejo Marx, dando origen a este proceso denominado alineación.
El trabajo moderno, producto de este proceso de globalización, presenta 6 características, que Anthony Giddens las explica con gran maestría :
1. Dinero: Un sueldo o salario es el recurso principal del que dependen la mayoría de las personas para cubrir sus necesidades.
2. Nivel de actividad: El trabajo a menudo proporciona medios para adquirir y ejercitar conocimientos y capacidades.
3. Variedad: El trabajo proporciona acceso a contextos que contrastan con el entorno doméstico.
4. Estructura temporal: Para las personas que tienen un empelo regular, el día normalmente está organizado en torno al ritmo del trabajo.
5. Contactos sociales: El entorno laboral suele proporcionar amistades y oportunidades de participar en actividades compartidas por otros.
6. Identidad personal: El empleo suele valorarse por el sentimiento de identidad social estable que ofrece.

Pero es importante tener en cuenta, que Giddens es inglés, y sus estudios y teorías se basan en la realidad del Reino Unido y por consiguiente no representan la realidad de la gran mayoría de trabajadores que son explotados de manera infrahumana en sus centros laborales, por sus empleadores, los cuales no ven en la actividad laboral, el desarrollo de estas 6 características, sino, la ganancia, el excedente, la plusvalía generada por estos hombres, mujeres y niños, que por necesidad se ven en la obligación de realizar.

Vivimos en un mundo globalizado en donde el capital financiero fluye por el mundo sin ningún tipo de traba ni de impedimento legal, las grandes empresas (empresas multinacionales) se instalan en distintos países siempre buscando obtener unos menores gastos, del tipo, bajo coste de la mano de obra, reducción de impuestos por contaminación en ríos y bosques, supresión impuestos de los propios países etc. Y solo buscan maximizar sus beneficios, podemos decir, que las grandes empresas y los países que están detrás de estas empresas han sido los grandes beneficiados del fenómeno de la globalización.

A estos países tan poderosos podemos hacerles una pregunta y es que, ¿por que el factor trabajo no se ha globalizado al igual que se ha hecho con el capital financiero?, esta es una pregunta interesante. En mi opinión esto no se ha hecho así porque para los países mas desarrollados no les sale para nada rentable globalizar el mercado de trabajo, en realidad la libre circularon de mercancías por todo el mundo ha sido un invento de las grandes potencias mundiales para ampliar su mercado y obtener unos mayores beneficios a unos costes mas bajos, en cambio el liberalizar el mercado de trabajo es una cosa secundaria porque esto no reporta ningún beneficio a las grandes potencias, mas bien ocurriría todo lo contrario, aumentaría el numero de habitantes en los países mas ricos, la delincuencia también aumentaría y el paro se dispararía con lo que los países mas desarrollados caerían en crisis. Por este motivo no se ha liberalizado el factor trabajo porque no resulta nada rentable a las grandes empresas y a las grandes potencias mundiales (países) que están detrás de ellas arropándolas y dándoles cobijo para que puedan obtener unos mayores beneficios y hacer de este un mundo, si cabe, mas injusto en donde las diferencias son cada vez mayores, y es que no pueden existir unos pocos países ricos sin que haya muchos países pobres.
La globalización ha traído un aumento en la desigualdad sea en un análisis macro o micro económico-social. Ello porque el abismo entre países ricos y pobres aumenta cada día. Asimismo, en cada país, se hace más grande la diferencia entre los que tienen todo y los que van quedando sin nada. Un ejemplo sobre la Inversión Extranjera Directa: “En el año 2000, el flujo neto de IED en el mundo alcanzó 1,5 billones de USD. El 82% de ese monto se repartió entre los países desarrollados, dejando el 18% restante para los países subdesarrollados. África, la región más necesitada de capitales para el desarrollo, recibió menos del 1% del total de IED”. (www.solidaridad.net). Esto implica que los países ricos invierten en ellos mismo despreciando a los más pobres, quienes siguen aportando mano de obra barata a las empresas extranjeras y materias primas indispensables para sus industrias.

Sería interesante saber a como se exporta la tonelada de cobre peruano a los países desarrollados. Pero al mismo tiempo conocer cuanto nos cuesta a nosotros esa misma tonelada de cobre cuando la repatriamos en importaciones.

En cuanto a la dignidad de las personas en los países que se vanaglorian de la libertad veamos lo que dice un diario inglés al respecto:” Todos los años cientos de niños son llevados a Reino Unido para ser explotados laboralmente en fábricas y hogares, según revela el periódico dominical británico The Sunday Telegraph. Los pequeños son transportados desde distintos puntos de África, Asia y Europa del Este por grupos de traficantes organizados y despiadados, añade el dominical británico. Expuestos a trabajos y condiciones inhumanas y a sufrir abusos físicos y sexuales, las víctimas entran al Reino Unido con pasaportes falsos o con adultos que se hacen pasar por familiares. De acuerdo con la información, los niños son puestos a trabajar inmediatamente, viven en unas terribles condiciones y son víctimas de abusos físicos y sexuales.” Pero no es necesario ir tan lejos. En nuestra propia patria miles de niños trabajan por la sola caridad de la gente, mendigando, vendiendo caramelos, lustrando calzado, etc. Y más aún, los trabajadores deben soportar los más grandes abusos de acoso moral, acoso sexual y hostigamientos. Visto desde el lado humanista, estos trabajadores pierden lo mejor del ser humano que es su dignidad y de esta manera las empresas no protegen a sus trabajadores como la Ley les obliga, sino, que crean entes llenos de frustración, odio y malestar, creando condiciones para que el trabajador se convierta en un ser violento en el trabajo, en la calle y en su propio hogar.
El maltrato, la falta de reconocimiento monetario de la labor que se cumple, el trabajo degradado, conducen a crear una clase trabajadora que más temprano que tarde entenderán la fuerza de su número y podrían hacer colapsar el sistema, debido a la propia negligencia de los empresarios, gerentes y del propio gobierno.

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